Suráfrica exige a las antiguas metrópolis que pidan perdón por la herencia de la esclavitud
Thabo Mbeki inaugura el foro de ONG previo a la conferencia de la ONU contra el racismo
Los 7.000 delegados que llegaron hasta el estadio de críquet, especialmente acondicionado para este evento, en busca de lograr una sociedad libre de racismo y xenofobia, primero debieron pasar una dura prueba de paciencia, pues sólo una puerta fue habilitada y cada participante fue revisado con detectores de metal.
El tema de las compensaciones por la esclavitud ha creado divisiones entre los Gobiernos africanos y los descendientes de africanos en América. Los primeros quieren que el mundo occidental ayude a financiar proyectos de desarrollo en África, mientras los últimos quieren recibir una compensación individual. Mbeki tuvo mucho cuidado en su discurso de tomar abiertamente partido y enfatizó aquello en lo que todos coinciden en este continente: que es necesario que las antiguas colonias pidan disculpas por el pasado.
Mbeki pidió a la gente que visite la ciudad porque en pocos minutos les sería obvia la herencia dejada por el régimen racista del apartheid. La manera en que los barrios están divididos entre habitantes blancos, indios y negros 'les dejará claro qué significaba ser negro o blanco, en términos de la distribución de la riqueza'.
El presidente surafricano, en su discurso previo a la inauguración oficial el próximo viernes de la Conferencia Mundial Contra el Racismo, dijo que el proceso de globalización genera por sí mismo una 'crisis insoluble' que afecta incluso a aquellos que más se benefician de ella. Mbeki subrayó que las mayores víctimas de las consecuencias negativas que produce la globalización son aquellas que no pertenecen a la raza blanca.
Atrapados en la pobreza
Señaló, además, que para los más de mil millones de personas que en el mundo viven 'atrapadas' en una situación de pobreza y subdesarrollo les será muy difícil 'romper' el círculo que les rodea. 'Es obvio que las implicaciones de esta realidad conllevarán a una situación continuada de dependencia y caridad a la que en la actualidad se ven sometidas esas personas', indicó Mbeki, quien no obstante aseguró que el proceso podría revertirse si se pone fin a la tendencia de 'marginación' que es inherente a la globalización.
Mbeki habló pocas horas antes de que comenzara la primera huelga general convocada por Cosatu, la Confederación de Sindicatos Surafricanos, en rechazo al plan de privatizaciones que quiere realizar el Gobierno. Cosatu y el Partido Comunista Surafricano han bajado el tono de la retórica de sus discursos, pero mantuvieron la decisión de mantener la huelga, lo que realzó las tensiones que existen en la Alianza tripartita de gobierno. Se estima que más de tres millones de trabajadores participaran en marchas y protestas hoy y manana.
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