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ESCÁNDALO FINANCIERO

Camacho montó en Gescartera un servicio de información dirigido por un militar en activo

Los investigadores siguen la pista de los bienes embargados por la juez y que han desaparecido

Este aspecto del caso Gescartera tiene trascendencia porque mientras la juez encargada del asunto, Teresa Palacios, ha puesto énfasis en la investigación de los empleados de la agencia de valores más cercanos al manejo del dinero presuntamente evaporado, la guardia de corps de Camacho no ha sido llamada a declarar. Y ello a pesar de que alguno de sus miembros más destacados maneja bienes (como un BMW con matrícula acabada en BCV) de Camacho sobre los que pende una orden de embargo.

Hombre de confianza

El grupo de antiguos militares profesionales contratado por Camacho, hasta un total de ocho miembros de la milicia, estuvo encabezado hasta la detención del dueño de Gescartera por un militar aún en activo, Israel Gómez Sánchez, cabo primero destinado en Capitanía General en Madrid, de apenas 27 años de edad.

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Israel Gómez Sánchez, con quien este periódico ha intentado hablar sin conseguirlo, se convirtió en poco tiempo en un hombre de la plena confianza de Camacho, con el que compartía gustos caros en el vestir y tren de vida.

Fuentes del Ejército han confirmado que Gómez Sánchez pertenece a las Fuerzas Armadas, aunque desde hace un par de meses disfruta de un permiso para 'asuntos propios', y ha desempeñado tareas de jefe de guardia en Capitanía General en Madrid, adscrito a la Policía Militar.

Según fuentes cercanas a la investigación, Israel Gómez Sánchez se mostró muy activo en los días previos a la detención de Camacho y visitó al menos una conocida notaría para tratar asuntos relacionados con la agencia de valores y su propietario.

Los investigadores tratan ahora de reconstruir la lista de servicios prestados por Gómez Sánchez y sus compañeros a Camacho hasta la detención de éste. Una de las líneas de la investigación trata de averiguar si el entorno de Camacho se ocupó de recabar y poner a buen recaudo pruebas y grabaciones de algunos de los encuentros más comprometidos del propietario de Gescartera con sus clientes especiales.

En el particular ambiente en que se movía Camacho, la seguridad siempre fue una obsesión, según relatan fuentes al tanto de sus actividades. Sus inversiones en sistemas de seguridad tanto en sus oficinas como en sus chalés siempre fueron elevadas y con tecnología de última generación.

Ello no impidió, según las mismas fuentes, que Camacho denunciara en los últimos años diversos robos realizados supuestamente tanto en sus oficinas como en sus domicilios particulares.

Mientras siguen las averiguaciones sobre las actividades de Antonio Rafel Camacho, los investigadores tratan de encontrar los bienes sobre los que pende una orden de embargo judicial y que todavía no han podido ser localizados.

Como parte de esos bienes teóricamente embargados figuran hasta una decena de coches de lujo (Jaguar, Audi, BMW, Mercedes y hasta un Mini) que eran utilizados por Camacho, su novia Laura García Morey (hija del cantante Jaime Morey, ex director general de Gescartera), el entorno familiar de ésta y por sus escoltas.

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