La juez investiga las actividades del militar que organizó la seguridad personal de Camacho
Defensa asegura que el hombre de confianza del inculpado permaneció en el Ejército hasta mayo
Los encargados de la investigación judicial están muy interesados en saber hasta qué punto llegaron las tareas del grupo de ocho antiguos profesionales del Ejército que fueron contratados por Camacho a principios de año para garantizar y respaldar sus actividades.
Del jefe del grupo, Israel Gómez Sánchez, cabo primero de 27 años adscrito al Batallón de Seguridad en Capitanía General interesa, sobre todo, conocer en qué consistieron sus últimas gestiones para Camacho, el sentido de sus visitas a distintas notarías y hasta qué punto ha dispuesto o dispone de bienes propiedad del responsable de Gescartera sobre los que pesa orden de embargo.
Este periódico logró ayer conversar brevemente con Israel Gómez, quien aseguró estar de vacaciones. Preguntado por su relación con Camacho y, en concreto por la posibilidad de que éste le hubiera otorgado poderes antes de ingresar en la prisión de Soto del Real, Gómez Sánchez sólo afirmó que estaba leyendo la prensa en ese momento. La breve conversación finalizó así: 'Madre mía, madre mía, madre mía'. Gómez Sánchez cortó la conversación con la promesa de un nuevo contacto que no se produjo.
Según fuentes cercanas a la investigación del caso, Gómez Sánchez se convirtió en los últimos meses en el hombre de confianza del propietario de Gescartera, que le facilitó un buen nivel de vida y le hizo descubrir un mundo alejado de lo que es habitual en el Ejército.
El Ministerio de Defensa, por su parte, aclaró ayer que Israel Gómez solicitó en abril una licencia para asuntos propios de 20 días. Finalizada la licencia, según el Ministerio, el militar, empleado de Camacho desde principios de año, no se volvió a incorporar ya que su contrato con el Ejército había expirado.
Los encargados de la investigación judicial no son los únicos interesados en seguir el rastro del encargado de la seguridad en Gescartera. Diversas fuentes consultadas, interesadas en el caso, han resaltado la posibilidad de que el entorno de Camacho tratara de protegerse con grabaciones de los clientes especiales en el momento de cerrar sus tratos con Antonio Rafael Camacho y sus próximos.
En medio de ese mundo vestido por Camacho de trajes de Armani, relojes caros, coches de lujo, tecnología punta de seguridad privada y guardaespaldas con experiencia en los Balcanes, el juzgado que dirige Teresa Palacios trata de localizar y embargar los bienes de los que el propietario de Gescartera y su entorno hacían ostentación.
Camacho y sus amistades más directas manejaban hasta diez coches de lujo de marcas como Jaguar, Mercedes y BMW, sin excluir un Mini de colección, cuyo paradero se desconoce.
Algunos de los vehículos que rastrea el juzgado eran utilizados, según fuentes de la investigación, por la novia de Camacho Laura García Morey (hija del cantante y ex director general de Gescartera, Jaime Morey) y otros por allegados y miembros de su escolta, incluido el militar encargado en los últimos tiempos de su particular servicio de información.
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