La Iglesia defiende a los obispos que invirtieron en Gescartera

El portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Asenjo, defendió ayer a los obispos y responsables de congregaciones religiosas que arriesgaron sus ahorros en Gescartera y negó que hubieran hecho un 'mal uso' de los bienes de la Iglesia al confiar su dinero a la agencia de valores intervenida. Esas inversiones se han hecho 'por ignorancia' y 'de buena fe', explicó, por su parte, el franciscano José Luis Villegas, director del departamento de Acción Social de la poderosa Conferencia de Religiosos (CONFER), que agrupa a todas las entidades y órdenes religiosas de España.

Entre los organismos eclesiásticos católicos que han arriesgado al menos 2.500 millones de pesetas en Gescartera se encuentran el arzobispado de Valladolid, las diócesis de Palencia y Astorga, algunas ONG relacionadas con la Iglesia, entre ellas Manos Unidas, y una veintena de congregaciones o fundaciones dedicadas a la enseñanza.

Las fundaciones

El portavoz de los obispos explicó que 'el dinero que se ha invertido [en Gescartera] proviene de las fundaciones que se han creado a instancias de los fieles, y para cuyo funcionamiento éstos entregan un dinero, que no es de la diócesis sino de ellos, y que la Iglesia tiene la obligación de administrar'. 'La Iglesia católica no cumpliría con su obligación si ese dinero no se invirtiera y no se gestionara lo mejor posible' para la continuidad de esas fundaciones, dijo Asenjo a Efe.

'No creo que [invertir en Gescartera] sea un delito, considerando, además, que hasta ahora era una sociedad absolutamente legal, controlada por los organismos públicos', añadió el portavoz episcopal. 'Al final va a resultar que las víctimas van a ser los villanos, cuando los más perjudicados son los que han perdido sus ahorros, absolutamente lícitos y necesarios', dijo. Asenjo negó que el dinero que la Iglesia recibe del Estado 'se haya usado mal' y afirmó que no existe motivo alguno para revisar los acuerdos económicos vigentes.

El franciscano Villegas, por su parte, explicó que las inversiones de religiosos de la CONFER se habían producido 'a través del boca a boca', en la confianza de que Gescartera era una sociedad solvente y transparente, en la que figuraban firmas importantes. También el obispo de Cuenca, Ramón del Hoyo, defendió al sacerdote de la diócesis Teodoro Bonilla, citado como uno de los clientes de Gescartera a los que su propietario, Antonio Camacho, endosó pérdidas para intentar tapar la situación de la firma. 'Ha sido manejado de una forma ilegal e inhumana', afirmó el prelado.