El Ejército colombiano cerca a más de mil guerrilleros de las FARC en una zona selvática del sur del país
Una amplia zona selvática de las provincias de Guaviare y Guainía, al sur del Colombia, se ha convertido en los últimos tres días en un campo de batalla. Un total de 4.000 soldados de la Fuerza de Despliegue Rápido, apoyados por 20 helicópteros Blackhawk y aviones de combate, tratan de cercar a 1.300 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que intentaban recuperar un corredor de selva y ríos tomado recientemente por el Ejército en la Operación Gato Negro. Las autoridades militares colombianas han asegurado que en los combates han muerto más de cuarenta guerrilleros, pero otras fuentes elevan esa cifra a un centenar.
El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, explicó que la operación, denominada Siete de Agosto y tal vez la mayor acción de contrainsurgencia de los últimos tiempos,fue la respuesta al intento de los guerrilleros de tomar la base de Carimagua y recuperar un corredor que, según los militares, sirve a las FARC para el tráfico de armas. Tapias informó de que tres camiones repletos de guerrilleros fueron bombardeados desde el aire. Añadió que la zona selvática donde tienen lugar los combates es tan extensa como 'varios países europeos' y que era difícil saber el número de bajas entre los guerrilleros. Desde el aire, según oficiales de la Fuerza Aérea colombiana, se pudieron divisar los cuerpos de 45 insurgentes muertos.
La operación seguía en marcha ayer, como también continuaban los bloqueos de alimentos por parte de los paramilitares a varios municipios del occidente de la provincia de Antioquia. Mediante el cierre del suministro de alimentos, los paramilitares tratan de cerrar el avance de las FARC a la estratégica zona de Urabá , al norte del país. Más de 78.000 personas se están quedando sin alimentos ni combustible.
Entretanto, en los próximos días se espera que la Fiscalía decida la situación de los tres irlandeses detenidos hace una semana y acusados de pertenecer al Ejército Republicano Irlandés (IRA) y de haber adiestrado a las FARC en el uso de explosivos. La única prueba contra ellos es el uso de pasaportes falsos, por lo que simplemente podrían ser deportados.
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