El aceite de orujo vuelve lentamente a las tiendas
La comercialización del aceite de orujo todavía no se encuentra normalizada. A pesar de que el Ministerio de Sanidad levantó el pasado viernes la alerta sanitaria ordenada el 3 de julio, ayer aún resultaba difícil encontrar aceite de orujo que cumpla la orden ministerial del 25 de julio sobre concentraciones de benzopireno (menos de dos microgramos por kilo) y con fecha de envasado de este mes de agosto.
Los productores son conscientes del largo camino que tienen por delante para recuperar la confianza de los usuarios. 'Ahora más que nunca los consumidores deben saber que no existe ningún riesgo para la salud', manifestó Fernando Muñoz, presidente de la Asociación Nacional de Extractores de Orujo. Muñoz urgió al Gobierno central para que ponga en marcha campañas de promoción para intentar recuperar las 80.000 toneladas anuales que los productores vendían antes de la crisis.
Con todo, la preocupación del sector va más allá. 'El daño ya está hecho', se lamentaba ayer Fernando Muñoz, quien recordó que no hay solución para las 30.000 toneladas de orujo que permanecen inmovilizadas desde el pasado 3 de julio. Desde la organización agraria COAG se ha pedido que este aceite sea sometido a un nuevo proceso de refinado para lograr reducir sus concentraciones de benzopireno. 'No podemos permitirnos el lujo de perder cuota de mercado, no había ningún motivo para decretar la alerta sanitaria', dijo Gregorio López, presidente de COAG en Jaén. El sector del orujo, que emplea a unas 5.000 personas, ha cifrado las pérdidas en unos 5.000 millones de pesetas.
Otro punto es saber qué pasará con las casi tres millones de toneladas de alpeorujo -el residuo que queda tras la transformación de la aceituna en aceite- que se pueden generar en la próxima campaña olivarera y que, hasta ahora, asumían las extractoras de orujo pagando una media de una peseta por kilo de orujo a las cooperativas oleícolas. Eran éstos unos ingresos adicionales para el sector olivarero que ahora se pueden esfumar. 'Los productores de aceite de oliva no estamos dispuestos a asumir en nuestras rentas la crisis del orujo', dijo ayer Agustín Rodríguez, secretario provincial de los pequeños agricultores en Jaén. El sector alerta sobre posibles problemas medioambientales si no se retira el alpeorujo producido.
La crisis del orujo ha afectado colateralmente a los precios del aceite de oliva. Según datos de la Agencia del Aceite de Oliva facilitados por Asaja, el precio medio es de menos de 280 pesetas por kilo, una cifra que, para Asaja, cuestiona su rentabilidad.
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