Helicópteros israelíes atacan con cohetes una comisaría palestina en Gaza
Seis militantes de Al Fatah mueren por una explosión en circunstancias no aclaradas
Dos helicópteros de combate israelíes bombardearon el cuartel general de la policía palestina en la ciudad autónoma de Gaza, en uno de cuyos edificios, según el Ejército de Israel, se fabricaba armamento, y en particular obuses de mortero. Un portavoz del Ejército israelí dijo que el ataque se lanzó en respuesta al disparo de obuses de mortero por parte de palestinos, en horas de la mañana, contra el asentamiento judío de Kfar Darom, situado en el enclave israelí de Gush Katif, en el sur de la franja de Gaza.
Casi al mismo tiempo que los helicópteros atacaban el cuartel general de la policía palestina, cazabombarderos israelíes sobrevolaban la localidad palestina de Rafah, en el sur de la franja de Gaza y próxima a la frontera con Egipto.
En la noche del domingo, seis militantes de Al Fatah murieron al producirse una explosión en una vivienda del campo de refugiados de Al Fara, del distrito cisjordano de Jenín, donde, según el Gobierno israelí, había un depósito o una fábrica de armas. [Los muertos se encontraban reunidos celebrando una fiesta cuando se produjo la explosión, según residentes de la zona, informa Reuters. Los vecinos de Al Fara estuvieron toda la madrugada recogiendo los restos de sus cuerpos destrozados, esparcidos en un radio de 50 metros].
La Autoridad Palestina responsabilizó a Israel de la muerte de los seis militantes y afirmó que el Ejército israelí había bombardeado el lugar con tanques. "Israel es responsable de esa matanza criminal, pero nosotros, junto con nuestros hermanos en las fuerzas islámicas, continuaremos la lucha hasta alcanzar nuestros objetivos nacionales", afirmó el jefe de Al Fatah, Ahmed Asad, en el campo de refugiados de Al Fara.
Pero un portavoz del Ejército de Israel negó toda responsabilidad y dijo que "las pruebas sobre el terreno demuestran lo contrario". El portavoz militar israelí señaló que había volado el techo de la vivienda, lo que, a su juicio, significa que la explosión se produjo dentro y no fue ocasionada desde fuera.
Llamó la atención, no obstante, que fuentes de la seguridad de Israel informaran a media mañana de que los seis palestinos muertos en la explosión eran responsables, entre otros, de un atentado cometido en Tel Aviv hace nueve meses y de un segundo en un restaurante -en el que suelen comer soldados israelíes- de los altos del Golán, que Israel conquistó a Siria en la guerra de los Seis Días de 1967.
A media tarde de ayer, un grupo de palestinos apuñaló a un judío ultraortodoxo israelí de 30 años en el barrio musulmán del casco antiguo de Jerusalén Este, muy cerca de la Puerta de Damasco. El agredido sufrió heridas de máxima gravedad. Poco después, una joven israelí fue ligeramente herida con un cuchillo por dos palestinos en un barrio de Jersusalén Este. También sufrió heridas leves una niña judía de siete años, cuya casa fue atacada con obuses lanzados por palestinos en el asentamiento de Kfar Darom, en el sur de la franja de Gaza.
Además, dos guardias de frontera israelíes -un hombre y una mujer- resultaron heridos graves por los disparos efectuados por palestinos desde un coche en marcha. Los hechos se produjeron junto a la localidad israelí de Zémer, al norte del kibutz Bájam, en la frontera de Israel con Cisjordania, territorio este último hacia el que huyeron los atacantes.
También en Jerusalén, pero en el sector oeste judío, poco después del mediodía estalló una carga explosiva con clavos camuflada en un bote de cerveza y colocada supuestamente por palestinos en el estante de un supermercado; por casualidad su explosión sólo causó daños materiales.
Y como si estuvieran arando en el agua, entre un acto violento y otro, las autoridades palestinas e israelíes lanzaban alguna que otra frase acerca de la forma de volver a la mesa de negociaciones.
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