Se intensifica la erupción y la lluvia de ceniza del volcán Etna

El aeropuerto de Catania fue cerrado ayer de nuevo al tráfico aéreo debido a la intensa lluvia de ceniza que el volcán Etna está arrojando sobre la ciudad y todos los pueblos de esa zona siciliana. El aeródromo de Fontanarossa fue cerrado a mediodía de ayer y tenía previsto reabrir a las seis de la tarde, siempre que cesara la lluvia de cenizas y diera tiempo a limpiar todas las pistas, según dijeron fuentes de Aviación Civil. Todos los vuelos con dirección a Catania fueron desviados hasta el aeropuerto Punta Raisi, de Palermo, la capital siciliana.

El Etna no para de arrojar lava, que, según Protección Civil, bajaba a una mayor velocidad que en los días pasados y de nuevo amenazaba ayer al centro turístico del Refugio Sapienza. El personal de Protección Civil y del cuerpo de ingenieros del Ejército levantaban terraplenes para intentar desviar el curso del río de lava. Según Protección Civil, si el magma seguía saliendo con el vigor que lo había hecho en las últimas horas de ayer sería más difícil desviarlo. 'Hay que intentar desviarlo desde lo alto antes de que llegue a esta zona', dijo Franco Barberi, director de Protección Civil.

Las plegarias de ayer de diez mil personas y del arzobispo de Catania, Luigi Bonmarito, que se reunieron en las faldas del volcán para calmarle, no han dado hasta el momento el resultado buscado. Los vecinos de los pueblos levantados en las faldas del Etna rezan para que cese la lava, que amenaza la actividad turística en la zona, de la que viven en su mayor parte.