Una explosión mata a dos militantes de Al Fatah en Hebrón
Dos militantes del partido gubernamental palestino Al Fatah murieron ayer y otros cinco resultaron heridos como consecuencia de una explosión provocada en la sede de la organización en la ciudad cisjordana de Hebrón. El Gobierno de Yasir Arafat acusó a Israel de haber causado las muertes al disparar varios obuses en el mismo momento en que estaba programada una reunión del partido para analizar la tensión en la zona.
Un portavoz del Gobierno del primer ministro israelí, Ariel Sharon, negó las acusaciones y aseguró que no había habido ninguna acción bélica. Según el portavoz, se trató de un "accidente de trabajo", eufemismo habitualmente utilizado por los israelíes para aludir a las explosiones causadas por los palestinos mientras manipulan artefactos para cometer atentados.
Por otra parte, Israel reiteró ayer su oposición al despliegue de observadores internacionales en la zona, pero presionada por los últimos incidentes anunció que estaría dispuesta, si se le obliga, a aceptar a una fuerza internacional compuesta por norteamericanos, en especial por agentes de los servicios secretos, CIA. "Estamos en contra, pero si la cosa se nos impone, la presencia de observadores norteamericanos seria aceptable", afirmó el ministro de Defensa, el laborista Benjamín Ben Eliezer, en unas declaraciones a la radio.
Estas palabras, que provocaron el enojo de algunos ministros, fueron posteriormente matizadas por el propio Eliezer, quien aseguró que lo que se aceptaría sería que la CIA intensificará su presencia y que, en cualquier caso, se opondría al despliegue de una fuerza internacional, tal como propone la cumbre del G-8.
Paradójicamente, israelíes y palestinos mantienen desde 1997 desplegados en la región de Hebrón un contingente de 120 observadores internacionales -Presencia Internacional Temporal en Hebrón- encargados de patrullar la zona y de prevenir cualquier tipo de atentado contra los palestinos.
