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Alpuente pedirá la declaración de zona catastrófica por peste porcina

AVA calcula pérdidas de 700 millones por los sacrificios de cerdos

El Ayuntamiento de Alpuente, donde esta semana se detectaron cuatro brotes de peste porcina, solicitará la declaración de zona catastrófica. A las pérdidas económicas que supondrá el sacrificio de los 14.000 cerdos de las 13 granjas de Campo Abajo (Alpuente), y que la Asociación Valenciana de Agricultores cuantificó ayer en 700 millones de pesetas, se unen las derivadas de la inmovilización de todas las explotaciones de Los Serranos, que tiene en la ganadería porcina uno de sus pilares económicos.

La alcaldesa de Alpuente, Amparo Rodríguez, recordó que la mayoría de las familias de esta localidad, en la que viven 950 personas, se dedican a la ganadería cunícola, avícola y porcina. El Ayuntamiento, explicó, se dirigirá a la Mancomunidad de la Serranía para que solicite al Consell la declaración de zona catastrófica del municipio.

Rodríguez, además, confió en que la peste 'esté controlada' y que no se detecten nuevos brotes en la zona. Brotes que se conocieron el martes en cuatro explotaciones de Campo Abajo, una de las 10 aldeas de Alpuente, y que se tradujeron en la inmovilización de las 200 granjas de la comarca, la prohibición de mover ganado vivo en las 800 granjas de Valencia y en el sacrificio de los 14.000 cerdos de las 13 explotaciones situadas en el radio de un kilómetro del foco, en el que trabajan siete integradoras distintas. La eliminación de estos animales supondrá pérdidas económicas de 700 millones de pesetas, según la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA). Unas pérdidas a las que hay que añadir las que se deriven de la paralización de la actividad ganadera en las granjas inmovilizadas. La detección de la enfermedad en las cuatro granjas de Alpuente también tuvo como consecuencia el sacrificio de 230 cerdos, procedentes de una de ellas, de una granja de Vilamarxant y la inmovilización de 22 granjas de cinco comarcas, cuatro de Valencia y una de Castellón. En concreto, las últimas explotaciones paralizadas preventivamente por haber mantenido algún contacto con la zona afectada están en Llíria y Bétera (Camp de Túria), Cullera (La Ribera), Coves de Vinromá y la Vall d'Alba (La Plana Alta), Sinarcas y Caudete de las Fuentes (Utiel-Requena) y Castelló de Rugat (La Vall d'Albaida).

Ayer, por otra parte, algunos alcaldes de municipios próximos a Alpuente continuaron lamentando la falta de información oficial sobre la situación de la zona y las medidas establecidas. Los regidores consideran que se vive una situación de 'improvisación' y que se deberían haber adoptado medidas cautelares tras la detección del primer foco de peste en Vinaròs. El presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, se defendió ayer de las críticas que desde diversos sectores se están expresando respecto a la actuación del Consell y aseguró que se ha procedido de manera 'tremendamente rigurosa'.

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