El hombre más buscado del mundo

En el bazar de Peshawar (Pakistán) se venden camisetas en las que se le aclama como 'world hero' (héroe mundial). En la página web del FBI se le consagra como uno de los 10 fugitivos más buscados por esa agencia estadounidense.

Osama Bin Laden es el monstruo de Frankenstein de los servicios secretos norteamericanos. Tras una juventud disoluta en Beirut, el millonario saudí que resultó útil en la financiación de los muyahidín que echaron de Afganistán al Ejército soviético, se creyó tan al pie de la letra la estricta doctrina wahabí que mamó en su Arabia natal que terminó volviéndose contra sus protectores.

'Considerado armado y extremadamente peligroso. Estados Unidos ofrece una recompensa de hasta cinco millones de dólares a quien pueda ayudar a detenerle y encausarle'.

A sus 44 años, este hombre larguirucho y delgado (supera el metro noventa), que se apoya en un bastón al andar, se ha convertido en el enemigo número uno de la única superpotencia mundial. Méritos no le faltan. El Gobierno estadounidense le acusa de atentados contra sus embajadas en Kenia y Tanzania en el verano de 1998: 263 muertos y 5.000 heridos. También le vincula al ataque contra el destructor Cole en el puerto de Adén (Yemen), el pasado octubre, que dejó 17 muertos. Su mano, a decir de los investigadores estadounidenses, está detrás de una miríada de grupos extremistas islámicos en todo el mundo.

'Él es la principal causa del actual embargo internacional contra Afganistán; le han convertido en un héroe', aseguran diplomáticos occidentales en Islamabad.