Pasajeros de Iberia, forzados a volar con Aerolíneas
La desesperada situación de Aerolíneas Argentinas (AA) ha generado un sentimiento antiespañol, alimentado en las últimas semanas por ciertos dirigentes sindicales. El líder de la CGT disidente, Hugo Moyano, ha pedido a los argentinos que cierren sus cuentas de ahorro en bancos españoles, se den de baja de Telefónica y contraten Telecom (de capital franco-italiano) y dejen de consumir combustible en las gasolineras de Repsol-YPF.
La situación en el aeropuerto internacional de Ezeiza es el mejor reflejo del malestar de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas, que han ocupado prácticamente los puestos de registro de billetes y equipajes de Iberia, impidiendo a los pasajeros que embarquen en las aeronaves de la compañía española. Muchos viajeros que pretenden volar a España con Iberia son obligados a hacerlo con Aerolíneas, hasta el punto de que algún el vuelo de la compañía española no ha podido salir de Buenos Aires.
Desde el jueves, la dirección de Aerolíneas ha suspendido todas las rutas internacionales, excepto Madrid. Ayer, varios trabajadores de la compañía destinados en tres de las escalas canceladas, Los Ángeles, Miami y Nueva York, lamentaban a su regreso a Buenos Aires la decisión empresarial. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, ha señalado que aquellas rutas en las que Aerolíneas Argentinas no presta servicio podrían ser transferidas a otras líneas de bandera argentina. El presidente De la Rúa dijo, por su parte: 'Todos los argentinos queremos que Aerolíneas siga surcando los cielos del mundo'. El problema es que no explicó cómo.
Callejón sin salida
La situación en la compañía aérea más emblemática está en un callejón sin salida. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que controla el 85% de la compañía, no está dispuesta a dar ningún paso mientras los sindicatos no acepten negociar el plan de reestructuración, que rechazan la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA). Ayer mismo, el presidente de la SEPI, Pedro Ferreras, calificó de 'difícilmente explicable' que algunos empleados de Aerolíneas prefieran la quiebra de la compañía antes que aceptar el plan de saneamiento.
El ministro español de Exteriores, Josep Piqué, se mostró favorable al saneamiento de la compañía para venderla posteriormente a una tercera empresa. Quince directivos acaban de ser despedidos después de que se haya descubierto un fraude de varios millones de dólares en la gestión, cuyo alcance está investigando los responsables de la SEPI.
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