Bush promete cambios radicales en el Ejército de Estados Unidos
Con sumo cuidado para no hacer mención expresa a su deseo de construir un escudo antimisiles, el presidente de EE UU, George W. Bush, aprovechó ayer un acto militar para anticipar cambios profundos que se apoyarán, por encima de todo, en las nuevas tecnologías. Aunque evitó cualquier referencia al paraguas nuclear, pidió a los militares que se unan 'a la innovación' con amplitud de miras.
Bush presidió ayer en Annapolis (Maryland) el acto de graduación de la Academia Naval. Su discurso de clausura estaba planteado como una presentación del programa de reforma militar que espera sacar adelante en los próximos años, si bien ahora lo tiene más complicado al haber recuperado el Partido Demócrata la mayoría en el Senado. Aunque Bush no desvelará sus intenciones en el terreno militar hasta no recibir un informe exhaustivo sobre la situación de las Fuerzas Armadas, el presidente estadounidense mostró su interés por primar la movilidad por encima del tamaño: 'Estoy decidido a construir unas fuerzas capaces de desplegarse con mayor facilidad, apoyadas en armamento sigiloso, pero de precisión, y en las tecnologías de la información'.
Bush, que se ha mostrado partidario de construir un sistema antimisiles que amenaza con desestabilizar el equilibrio nuclear internacional, parecía defender este proyecto cuando aseguraba que su deber es 'construir fuerzas que hagan uso de los avances revolucionarios en la tecnología de la guerra, lo que nos permitirá mantener la paz mediante la redefinición de la guerra en nuestros propios términos'. El informe que prepara el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, justificará los cambios en la estrategia militar que Bush propone. El Pentágono quiere que el documento sirva para olvidar el este europeo como foco de amenaza y centrar todo proyecto militar en la supuesta intimidación que plantean Gobiernos asiáticos enemistados con EE UU. Por si el sentido de sus palabras no quedaba claro, Bush subrayó: 'No podemos transformar nuestros ejércitos usando armas viejas y planes viejos. Y tampoco podemos reformarlo con la vieja mentalidad burocrática que frustra la creatividad que necesita el Ejército del siglo XXI'.
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