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EE UU activa dos escuadrones para repeler ataques contra su infraestructura espacial

Washington teme una acción armada contra sus satélites o naves en el espacio

El Escuadrón Agresor Espacial 527 -con base en la base aérea de Shriever, en el Estado de Colorado- desempeñará el papel de enemigo en maniobras militares similares a las llevadas a cabo en esa instalación militar en enero pasado, el primero de una serie de ejercicios de la Fuerza Aérea estadounidense para ensayar un conflicto en el espacio, explicó Anderson.

La otra unidad, el Escuadrón de Control Espacial 76, que tendrá su cuartel general en la base aérea de Peterson, también en Colorado, tendrá como misión 'explorar nuevas tecnologías de control del espacio mediante pruebas de modelos y prototipos con el objetivo de lograr una rápida superioridad en el espacio'. Este escuadrón funciona desde el pasado 22 de enero, según documentos de la Fuerza Aérea.

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El testimonio de Anderson ante el comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes refleja la creciente importancia que la Administración del presidente George W. Bush otorga al uso del espacio para garantizar la seguridad nacional. El secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, anunció el pasado 8 de mayo que había ordenado un mayor control de la información sobre política espacial militar, en vista de la creciente dependencia de los satélites para asuntos tan variados como la gestión del tráfico en las carreteras, el apoyo a misiones militares y el control del cumplimiento de tratados. Rumsfeld negó entonces que los cambios -que otorgaron a la Fuerza Aérea el mando de los programas espaciales militares y propiciaron la creación de un grupo de coordinación de la política espacial en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca- tengan como objetivo poner en órbita armas como interceptores de misiles o rayos láser.

La reestructuración de la política militar espacial estadounidense tiene su origen en una orden emitida por una comisión parlamentaria para incrementar la importancia de las cuestiones espaciales en la estrategia de seguridad nacional. La llamada Comisión para Evaluar la Gestión y Organización de la Seguridad en el Espacio señaló que es inevitable un conflicto en el espacio. El presidente, concluyó la comisión, debería tener 'la opción de desplegar armas en el espacio para frenar las amenazas y, si fuera necesario, repeler los ataques contra intereses estadounidenses', concluyó la comisión.

Las empresas TRW, Lockheed Martin y Boeing, bajo contrato con la Fuerza Aérea, están construyendo un sistema de láser experimental con base en el espacio que podría convertirse en parte de una capa defensiva de misiles balísticos. 'El mero hecho de que Estados Unidos esté desarrollando medios para utilizar la fuerza en el espacio puede servir como disuasión', declaró Anderson en el Congreso.

Protección de satélites

El subcomandante del Comando Espacial explicó que EE UU se ha retrasado a la hora de abrir 'la válvula de la superioridad en el espacio' para proteger unos satélites comerciales valorados en 60.000 millones de dólares (unos 11 billones de pesetas) actualmente en órbita. 'Hemos tenido cerrada esta válvula demasiado tiempo', dijo. 'El espacio es lo suficientemente importante para garantizar una inversión significativa. Es un medio crucial para las operaciones militares estadounidenses y vamos a tener que luchar por él en el futuro'. Es difícil calcular el presupuesto que EE UU dedica anualmente a la seguridad en el espacio, dada la variedad de partidas y organismos de la Administración involucrados, según John Pike, director de GlobalSecurity.com, un grupo privado especializado en espionaje, el espacio y la defensa con base en Alexandria (Virginia). Pero Pike calcula que la cifra, incluyendo las partidas destinadas a actividades relacionadas con el espacio asignadas a las agencias de espionaje, totaliza aproximadamente 14.000 millones de dólares (unos 2,6 billones de pesetas) en el presente año fiscal, frente a los 16.000 o 17.000 millones de dólares de mediados de los años ochenta.

George W. Bush y el secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld.
George W. Bush y el secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld.REUTERS

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