Millás celebra el periodismo en la presentación de un nuevo libro de artículos y de su página 'web'
La presentación de Articuentos (Alba), que reúne diferentes colaboraciones periodísticas de Juan José Millás, y de su página web (en clubcultura.com) fueron los datos reales en la convocatoria que propuso ayer la FNAC de Madrid. Lo que terminó por ocurrir fue una celebración del periodismo. Como suele pasar con cuanto hace Millás, las cosas pueden empezar en un lugar familiar y terminar en un mundo extraño, lo cómico puede volverse serio, lo disparatado algo muy normal. O viceversa.
Se trataba en principio de dar a conocer la propuesta de Fernando Valls, que ha reunido los textos de Millás y los ha agrupado de forma temática en Articuentos. Como explicó la editora de Alba, María Antonia de Miguel, Millás mezcla génneros en sus columnas, dando lugar a un híbrido que permite ver el mundo de otra manera. 'Sólo en la imaginación podemos encontrar la clave de la realidad', escribe Valls en el prólogo del libro.
Estos Articuentos -textos que Millás ha ido publicando desde 1993 hasta 2000 en EL PAÍS, los diarios del grupo Prensa Canaria y la revista Jano- podrán también leerse en su flamante web, tal como explicó Salvador Pulido. Y podremos saber que su deseo de escribir nació cuando leyó la entrada muerte en el diccionario Espasa, o sabremos de sus territorios ocultos, secretos: un cortometraje que realizó hace años, algunos poemas...
Todo perfectamente previsible, hasta que el escritor y periodista Ramón Reboiras empezó a conversar con Millás. Poco después, de lo que allí se trataba era del prestigio de las palabras que tienen una erre trabada. Millás, que desembarcó en el periodismo en 1990 y empezó a hacer reportajes con más de 50 años, confesó su gran pasión por el periodismo. Descubrió que lo escrito para la más rápida de las caducidades podía también durar y que aun cuando escribiera para un gran público tenía muchas posibilidades de experimentar.
Las anécdotas se sucedieron. Millás dio cuenta de los gajes del oficio y de sus riesgos: una erre trabada lo salvó en una ocasión de un marido ofendido. 'Soy free-lance', se disculpó Millás, y el hombre olvidó los puños. El oficio de periodista lo salvó. Ese oficio con el que, según los expertos, Millás está cambiando la literatura.
Babelia
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