El Rey destaca la profunda hermandad árabe y europea

También acompañaban a los dos jefes de Estado el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi; los ministros de Asuntos Exteriores y de Educación y Cultura, Josep Piqué y Pilar del Castillo, respectivamente, y el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves.

Don Juan Carlos se refirió al orgullo de esa época de esplendor cultural y recordó que con los Omeyas 'Córdoba era entonces la capital de Occidente, ejemplo y espejo de una civilización urbana, en la que tenían un papel importante los profesionales y clases medias vinculadas al estudio del derecho, a la industria y al comercio internacional'.

Para el Rey, la exposición 'quiere concretar estos principios en una filosofía de la convivencia, fundamental en las relaciones entre el mundo islámico y Europa, a través de España'. Dirigiéndose al presidente de Siria, don Juan Carlos aseguró que los actos conmemorativos de los Omeyas cordobeses, y en especial su itinerario cultural, 'tienen un profundo significado de hermandad árabe y europea'.

El Rey añadió que tanto para él como para el mandatario árabe supone una especial responsabilidad. 'Sé que ambos la aceptamos, no sólo por nosotros, sino en nombre de nuestros pueblos, que estoy seguro se solidarizan con esta empresa de recrear un espacio de cooperación en el área euromediterránea, felizmente recuperada'.

El presidente de Siria señaló que la civilización árabe en Al-Ándalus constituyó una relevante etapa de concordia, caracterizada por la condescendencia y el acoplamiento intelectual y social entre pueblos diferentes: 'Logrando una fusión cultural, cuya materialización hubiera sido imposible si no fuera por el diálogo entre las civilizaciones que hoy reclamamos, porque conduce a la fraternidad entre ellas y, luego, su fusión, lo que nos evita, en el futuro, llegar a una globalización inverosímil y basada en la abolición o la marginación de culturas'.

Flujos migratorios

Manuel Chaves indicó que la muestra del esplendor Omeya es una 'magnífica ocasión para profundizar en la herencia común de los pueblos mediterráneos', y la prioridad es un 'plan global y generoso' que integre los flujos migratorios.

Con esta exposición, Medina Azahara vuelve a irradiar la refinada civilización que tendió un puente cultural entre las dos orillas del Mediterráneo. Durante cuatro meses vuelven a su lugar de origen piezas artísticas, elementos arquitectónicos, libros, joyas y refinados objetos domésticos actualmente diseminados por museos de todo el mundo.