Una tregua en las protestas
Satisfechos con los triunfos mediáticos que les proporcionaron los adoquinazos y los enfrentamientos en las calles de Seattle, en Washington hace un año, y luego en Praga, los descontentos con la globalización parecen haber bajado la guardia y se les supone ausentes en las reuniones de primavera que este fin de semana celebran en la capital estadounidense el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.
Sólo 13 de ellos acudieron el viernes a las puertas del edificio en el que James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial, repasó las políticas de la institución que dirige, acusada por los inconformes con el capitalismo de empobrecer aún más a los países más miserables del planeta y de engordar los beneficios de las grandes multinacionales. Ayer, los ministros de Finanzas de los siete países más desarrollados del planeta (G-7), se reunieron en Blair House, la lujosa residencia cercana a la Casa Blanca en la que los presidentes de Estados Unidos reciben a sus invitados internacionales, y se enfrentaron a una magra protesta, dado lo escuálido de las huestes inconformes. Un rápido conteo arrojó la cifra de 23 manifestantes.
La organización que coordina las protestas ha anunciado que hoy domingo habrá más presencia en las calles, aunque ya ha anticipado que nada comparable a las manifestaciones del año pasado, que sorprendieron a la policía de Washington, y en las que se produjeron más de 1.300 arrestos tras varias horas de batalla campal en la que participaron 20.000 personas. Las reuniones de primavera del FMI y el Banco Mundial son más reducidas que la asamblea anual, que se celebra en octubre, y para la que los grupos contrarios a la globalización se reservan sus fuerzas, según anunció un portavoz.
De todas formas, la policía ha cerrado un bloque de unas seis manzanas alrededor de los edificios de ambas instituciones, para evitar problemas. 'Habrá algún tipo de protesta hoy', anticipó Charles Ramsey, jefe de la policía del Distrito de Columbia. 'Pero nada a lo que no podamos hacer frente'.
La manifestación prevista para hoy será pacífica, según sus organizadores y busca presionar a ambas instituciones, que 'tienen el poder de acabar con la crisis de la deuda de los países pobres este fin de semana con una simple votación', según declaró Njoki Njoroge Njehu, representante de la asociación '50 years is enough' (50 años es suficiente'), en referencia a la edad del FMI y el Banco Mundial, fundadas tras la Segunda Guerra Mundial.
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