Una exposición recorre la vanguardia literaria argentina de 1920 a 1940

Ediciones originales de libros, periódicos, revistas y grabados procedentes de colecciones privadas. Un material reunido desde ayer y hasta el próximo 3 de junio en Casa de América, de Madrid, para ilustrar uno de los periodos más ricos de la literatura argentina, la llamada vanguardia de los años 1920-1940. 'Una época riquísima de Buenos Aires', según señaló ayer Juan Manuel Bonet. 'Esta exposición podría llamarse también la Buenos Aires de Borges', añadió el director del Centro Nacional de Arte Reina Sofía, comisario de la exposición. La muestra se divide en las dos corrientes literarias de la época, las de los grupos de Florida y Boedo, las dos calles que dieron nombre a dos estéticas literarias antagónicas.

En palabras de uno de los autores de esta vanguardia, Boedo era 'la calle, y Florida, la torre de marfil. En Florida: los neogrecolatinos, los estetas, los que cultivaban arte para minorías. En Boedo: los antimitológicos, los socializantes, los que iban hacia el pueblo con sus narraciones'. Florida se creó en torno a un Borges influido durante su estancia en España por las vanguardias europeas, a él se sumaron los escritores Macedonio Fernández, Evar Méndez, Norah Lange, Oliverio Girondo y Eduardo Mallea. Las revistas Prisma, Proa y Martín Fierro fueron sus órganos de expresión bajo el principio de 'desanquilosar el arte'. Frente a Florida, Boedo se inscribió desde la periferia de Buenos Aires en una estética de realismo social. Formaron parte Roberto Arlt, los hermanos Tuñón, Álvaro Yunque, Elías Castelnuovo y Leónidas Barletta, y se expresaron a través de las revistas La campana de palo, Los pensadores y Claridad.