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Reportaje:Fórmula 1 | AUTOMOVILISMO

El 'síndrome Alonso'

El español se ha convertido, pese a su juventud, 19 años, en uno de los pilotos más codiciados por las mejores escuderías

Ni por su origen, ni por su edad, ni por cómo ha llegado a donde está se le pueden buscar antecedentes en el automovilismo español. El asturiano Fernando Alonso, de 19 años, forma parte de la nueva generación de jovencísimos pilotos que han debutado esta temporada en la Fórmula 1 y representa además una novedad absoluta en nuestro país, en el que hasta hace muy poco la cultura del automóvil estaba reservada a unas élites sociales y económicas y el sueño de convertirse en piloto de carreras pasaba por disponer de un apoyo económico importante. Aún habrá que esperar unos años para que esté en condiciones de aspirar a todo, pero tal vez menos de los que el propio Alonso calcula. Si la arriesgada y valiente apuesta técnica de Renault sale adelante -y hasta la fecha todas las veces que el constructor francés ha decidido entrar en la Fórmula 1 ha acabado ganando- dentro de tres años puede tener un bólido en disposición de ganar el Campeonato del Mundo y Alonso será su piloto.

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Físicamente, su figura no destaca: estatura media baja y cara de niño, pero su presencia se percibe enseguida. Es parco en palabras. Estrictamente amable. Tiene sólo 19 años de edad, pero ya cuenta con 16 de experiencia al volante de un vehículo de carreras. Tenía algo más de dos cuando su padre le fabricó un kart al que le ataba una cuerda para evitar que se saliera de la pista. Alonso lo ha ganado todo en esta especialidad. En 1994 se hizo con el Campeonato de España júnior y dos años más tarde consiguió el título mundial.

Cobrar por correr

Lo que le diferencia radicalmente de los demás pilotos españoles que han llegado a la Fórmula 1 es que es el único de todos ellos que no ha necesitado llevar consigo un patrocinador. La clave para sentarse en uno de la media docena de monoplazas que pueden ganar un gran premio es cobrar por correr y no al revés. Y Alonso ya cobraba del orden de cuatro o cinco millones de pesetas por temporada cuando, con 14 años, se proclamó campeón del mundo de kart con la escudería italiana IAME, una de las punteras de esta especialidad. La familia del piloto asturiano no contaba ni con los medios económicos ni con las influencias como para poder patrocinar su carrera, de modo que Alonso estaba obligado a ganar para poder seguir corriendo al año siguiente. Por eso, tal vez, lo ganó todo.

Sin embargo, tal y como explica su descubridor y agente, el ex piloto de Fórmula 1 Adrián Campos, no se había planteado conducir monoplazas ni abrirse camino en la Fórmula 1. El año pasado, cuando ya corría en la Fórmula 3000, Campos le preguntó qué habría hecho si él no le hubiera propuesto correr en monoplazas cuando le ofreció un volante en la Fórmula Nissan. 'Habría corrido en karts hasta los 25 años y luego habría pedido una plaza de mecánico en uno de los equipos', le respondió. 'Yo no pensaba en correr en monoplazas', añadió; 'mi padre me había dicho que era muy difícil'.

Pero en 1999 Campos lo descubrió en una prueba de exhibición de karts en el Palau Sant Jordi, de Barcelona, a la que estaban invitados antiguos pilotos de la Fórmula 1. 'Nos dobló a todos', explica. Para entonces, Campos necesitaba sustituir a Marc Gené en su equipo de Fórmula Nissan y no se lo pensó dos veces. 'Aquel chaval', recuerda, 'tenía el magnetismo de Ayrton Senna'. Su dominio de la temporada 1999 fue espectacular. Obtuvo el título, por supuesto, pero además ganó seis pruebas, hizo ocho vueltas rápidas y consiguió nueve pole positions. El ruedo ibérico se le quedó pequeño. Alonso quemó una etapa más, que es lo que los expertos aconsejan, no quedarse nunca en el escalón que ya se ha pisado, y pasó a la Fórmula 3000, antesala de la Fórmula 1 con el equipo Astromega.

Su progresión fue espectacular. Mediada la temporada, en Hungría hizo un segundo puesto y en Spa-Francorchamps, sobre mojado, como prolegómeno al Gran Premio de Bélgica, justo en el momento en el que el mercado de pilotos está en su apogeo, consiguió su primera victoria y lo hizo a lo grande, con el mayor de los descaros, superando a su compañero de equipo, Marc Gossens, que se estaba jugando el título. Allí se convirtió en el ganador más joven de una prueba de Fórmula 3000 y deslumbró a los grandes patrones de la Fórmula 1 presentes en el circuito.

Alonso acabó en la cuarta posición el Campeonato de Fórmula 3000 del año pasado y con un contrato con Minardi para correr en la Fórmula 1. Pero conforme se acercaba la temporada 2001 el futuro financiero del equipo italiano se fue oscureciendo. Llegó a producirse la gran paradoja de que el mejor activo de Minardi era, precisamente, tener a Alonso bajo contrato, porque Campos recibía ofertas en firme de la mismísima Ferrari y de Renault, vía Benetton. Pero el joven español es un tipo de palabra. 'Minardi me ha dado la oportunidad de correr en Fórmula 1 y yo no voy a dar marcha atrás, yo nunca voy a pelear con Minardi', le dijo a su agente. Así que Campos debió dejar que fuera Giancarlo Minardi quien negociara el contrato de Alonso.

La oferta de Ferrari era más vaga, suponía fichar por el equipo Prost, que utiliza los motores de la casa italiana, y no ofrecía garantías de futuro. Por otro lado, según Campos, Alonso desconfiaba de Flavio Briattore, el patrón de Benneton-Renault, un hombre conflictivo pero que, entre otras cosas, ha llevado a Schumacher a sus dos primeros campeonatos del mundo. 'Pero luego, cuando se conocieron, se produjo el enamoramiento mutuo', asegura el ex piloto valenciano. Fernando, añade, se siente arropado por Flavio y también por la casa Renault.

Campeón en ciernes

Y es que la suerte de Alonso vaticina un campeón, porque Briattore lo ha cedido a Minardi para que se foguee este año sin estar sometido a presión, mientras que los Benneton-Renault, fruto de su arriesgada apuesta técnica, se pasean por los últimos lugares de las carreras, incluso por detrás del Minardi de Alonso. Briattore asegura que prepara al español para ocupar un asiento con Renault en el 2003, cuando podría ser un verdadero candidato al título.

Alonso tiene un muy buen contrato con Renault y en Minardi le pagan lo que está estipulado en su contrato. Renault lo escogió por el carisma, explica Campos, que asegura padecer el síndrome Alonso. ¿En qué consiste? 'Es un clásico y es muy jodido', según Campos. 'Todos los equipos que lo han tenido como piloto no saben cómo sustituir a Fernando. Los ingenieros no saben qué hacer después de trabajar con Fernando, que es un piloto que siente el coche y está absolutamente convencido de lo que dice. Es muy inteligente y les transmite mucha información'.

Campos se justifica: 'Hace 14 años que dejé la Fórmula 1 y no había ayudado a nadie en todo este tiempo. Si lo hago ahora es porque creo que vale la pena, porque con Alonso España tendrá un campeonato de Fórmula 1. Vale la pena partirse el pecho. Es la gran ocasióon'. Su formación en los karts, añade, es uno de los secretos para adaptarse a las nuevas tecnologías electrónicas como el control de tracción que la Fórmula 1 estrenará el domingo en Montmeló.

'El secreto de la conducción con las nuevas ayudas electrónicas consiste en cómo el piloto coloca el coche a la salida de una curva. El control de tracción, de hecho, es un freno que evita que se transmita toda la potencia para que el coche no se descontrole. Así, el primero que lo coloca en situación idónea a la salida de la curva para que se pueda transmitir el máximo de potencia es el que gana', concluye.

Fernando Alonso, el joven piloto español (19 años) de la escudería italiana Minardi, durante una jornada de entrenamiento el pasado mes de enero en el circuito valenciano de Cheste.
Fernando Alonso, el joven piloto español (19 años) de la escudería italiana Minardi, durante una jornada de entrenamiento el pasado mes de enero en el circuito valenciano de Cheste.CARLES FRANCESC

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