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Pruebas a la americana

EE UU, Francia, Alemania y el Reino Unido no tienen selectividad, pero sí pruebas anteriores

El nuevo sistema de acceso a la universidad anunciado por la ministra de Educación, Pilar del Castillo, que sustituirá a la actual selectividad, resultará un modelo inédito si no implanta una reválida al final del bachillerato. En todos los países desarrollados hay pruebas previas a la universidad que homologan en algún momento el nivel de los estudiantes que acabarán entrando en sus aulas. Aún así, el hecho de que cada universidad seleccione a los alumnos, según su propio criterio, como pretende Educación, tiene como máximo referente el sistema norteamericano. Éstos son algunos de los modelos implantados en Europa y en EE UU:

- EE UU. En Estados Unidos no existe examen de selectividad, pero sí dos cribas una vez concluidas la primaria, la secundaria y la llamada high school. En ese momento, el estudiante se enfrenta al college, que es muy caro y admite o rechaza a los aspirantes según las notas acumuladas en su currículo previo. En teoría, sólo un buen estudiante puede ingresar en un buen college; en la práctica, una familia con dinero y contactos puede conseguir casi cualquier cosa. El college dura una media de cuatro años y ofrece una licenciatura básica, tras la cual se repite el proceso: el aspirante pide el ingreso en la universidad que prefiere, y aporta sus notas previas. Normalmente se presenta la solicitud en varios centros, para disponer de segundas y terceras opciones si la universidad preferida (Harvard, o Yale, o Stanford, por ejemplo) responde con una negativa. Para evitar distorsiones en los currículos, un sólo centro, con oficinas en Nueva York y New Jersey, recoge los datos de todo el país y da una calificación básica a cada estudiante, en un baremo de 400 a 1.600. La nota media es de 900; para acceder a una universidad prestigiosa hay que disponer de una calificación bastante superior, informa Enric González.

Todos los años se escuchan protestas de alumnos franceses que no pueden estudiar lo que desean condicionados por la nota de la reválida o su expediente
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- Francia. Para entrar en la universidad francesa no hay ningún examen previo de selectividad: lo fundamental es el mérito demostrado a lo largo de los años anteriores y las notas obtenidas en el examen final del bachillerato, que se efectúa al término del último curso de secundaria, equivalente a 2º de bachillerato. La prueba al final del bachillerato tiene carácter nacional, se desarrolla en varios días y se efectúa con criterios similares en toda Francia. Lo importante es superar esa prueba. Los que suspenden tienen que repetir todo el último curso del bachillerato.

Con el certificado de enseñanza media en el bolsillo, el alumno pide la inscripción en la universidad que desee y ésta le admitirá en función de sus propios criterios, en general basados en la puntuación del bachillerato. Todos los años se escuchan las protestas de alumnos que no pueden estudiar lo que desean en función de calificaciones mediocres en el examen del bachillerato o en su expediente. Pero si esto sucede en París y otras universidades grandes, existen otros muchos centros donde prácticamente se matricula el que quiere.

Cierto número de 'grandes escuelas', como las de ingeniería, tienen establecido un concurso-oposición para los que desean entrar, una vez aprobado el bachillerato nacional. La Escuela Nacional de Administración (ENA) recluta su alumnado entre bachilleres que han seguido unas enseñanzas preparatorias y el resultado es altamente elitista: el 80% son hijos de cuadros superiores y de profesionales liberales. También existen concursos de entrada para acceder a los muy solicitados Institutos de Ciencia Política, aunque el de París acaba de anunciar la supresión de esa prueba para democratizar el centro, informa Joaquín Prieto.

- Reino Unido. Si bien la selectividad no existe como tal en el Reino Unido, tanto los exámenes que cierran la educación secundaria, entre 11 y 16 años, como los que coronan los dos cursos siguientes necesarios para el acceso a la universidad constituyen una forma de cribar al alumnado. En los primeros, conocidos por sus siglas GCSE (Certificado General de la Educación Secundaria) el aprobado depende de dos cosas: los resultados obtenidos en los trabajos efectuados sobre todo durante los dos últimos cursos y la nota sacada en el examen nacional convocado en Inglaterra y Gales.

Una vez con el certificado en la mano, el alumno que desee seguir una carrera deberá superar antes dos años más de estudios concentrados en el Nivel Avanzado (A Level). En esta etapa pueden escogerse entre tres y cinco materias en función de la carrera. Conseguir una plaza, sobre todo en Medicina, Filología Inglesa o Historia, depende de la puntuación sacada en otra prueba general impuesta al final del ciclo. Todos los centros publican la lista de notas. Algunos, entre ellos Oxford y Cambridge, insisten en entrevistar al candidato incluso si éste presenta un historial de sobresalientes. De no hallarse plaza en la universidad preferida, un servicio especializado trata de buscarle acomodo al estudiante en otra de su agrado, informa Isabel Ferrer.

- Alemania. Cerca de un tercio de los adolescentes alemanes cursa estudios en los institutos de bachillerato que, en nueve años, permiten el ingreso directo a la universidad (los demás niños, tras los cuatro años de escuela primaria, van a una escuela básica, de cinco años de duración, o a una secundaria profesional, de seis).

Tras gozar de una amplia libertad para escoger sus áreas de interés durante los últimos años de instituto, al final, en el llamado Abitur, los alumnos deben presentar exámenes escritos y orales en cuatro asignaturas (entre las cuales, obligatoriamente, tienen que figurar una materia de ciencias y otra de idiomas).

Tras ser computada, en un intrincado sistema, con el desempeño anterior, la nota media del Abitur hace de carta de presentación a la hora de optar a las universidades. Sobre todo en las carreras más cotizadas, como Medicina o Administración de Empresas, se requiere una puntuación muy alta para obtener un cupo, concedido ya sea directamente por la universidad o por una agencia federal, informa Ciro Krauthausen.

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