El BCE afirma que mantendrá su independencia ante futuras presiones
El Banco Central Europeo trata de capear el temporal y mostrar firmeza ante la avalancha de críticas recibidas por su decisión de no rebajar el precio del dinero en la zona euro y mantenerlo en el 4,75%. Voces con peso en la institución que dirige el holandés Wim Duisemberg -sobre cuyo futuro se continúa especulando-, como el gobernador del Banco de Francia, Jean-Claude Trichet o el presidente del Bundesbank alemán, Ernst Welteke, insistieron de forma más o menos directa en la necesidad de mantener la independencia del BCE y en la decisión de no actuar al dictado de las presiones, por fuertes que éstas sean.
Así, Trichet manifestó: 'No creo que nuestra decisión [de no bajar los tipos de interés] pudiera o debiera estar influenciada por las presiones que puedan venir de aquí o de allá'. Quizá acusando el golpe, porque las críticas han sido muy duras en los diarios más influyentes, Trichet mencionó expresamente su rechazo a actuar en política económica 'en función de los editorialistas'.
En el mismo sentido, el presidente del otrora todopoderoso Buba (Bundesbank) instó a la prensa germana a 'no ceder al pánico' por el hecho de que se hayan revisado las perspectivas de crecimiento en Alemania del 2,7% al 2,1%. En opinión de Welteke era revisión es simplemente una 'ligera corrección de los pronósticos'.
Pese a las declaraciones rotundas del núcleo que marca el ritmo de la política monetaria en la zona euro, las opiniones de los expertos, recogidas ampliamente en la prensa europa, siguen siendo muy duras. El BCE, consideran, se ha equivocado al no actuar de forma inmediata para evitar un grave contagio del frío económico que llega de Estados Unidos. Como muestra de las críticas, un botón: 'La política de esperar y ver' señalaba el influyente Financial Times sobre la decisión del Banco Central Europeo 'ha estado mal aplicada'.
Divisas
En el mercado de divisas, donde el mantenimiento del precio del dinero en Europa se había traducido en debilitamiento del euro, los últimos datos de la economía de Estados Unidos dieron un respiro. La moneda única europea pareció coger fuerzas el jueves una vez que se conoció el retroceso de las ventas al por mayor y al por menor en EE UU en febrero. Frente al dólar, llegó a situarse en 0,89 dólares (0,88 la víspera). La razón para el respiro es simple: los datos de consumo confirman el enfriamento estadounidense y podrían ser una razón más para que la Reserva Federal de EE UU baje los tipos de interés en la reunión que celebrará el próximo 15 de mayo. Sin embargo, los analistas descartan, al menos por el momento, que el presidente de la Fed estadounidense, Alan Greenspan realice movimientos muy agresivos en esa dirección.
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