Juana Salabert gana el Premio Biblioteca Breve con una obra sobre el Holocausto
'Velódromo de invierno' recrea la persecución de judíos en Francia
Dice Juana Salabert (París, 1962) que las imágenes que más marcaron su infancia fueron las fotografías con mujeres y niños judíos franceses con estrellas de David cosidas a sus ropas. De ese recuerdo -'incomprensible imagen del odio y la vileza humanos'- partió la escritura de Velódromo de invierno, novela que le valió ayer el Premio Biblioteca Breve, concedido por la editorial Seix Barral y dotado con cinco millones de pesetas.
Juana Salabert reside ahora en Madrid después de pasar su infancia y años de formación en Francia, país al que se exilió su padre en 1956. Velódromo de invierno es una novela que le ha exigido una 'investigación dolorosa' y un proceso de escritura que ayer sólo pudo definir con esta frase: 'Viví inmersa en el horror hora por hora'.
La novela ganadora es una ficción que parte de hechos rigurosamente históricos, como la redada que el 16 de julio de 1942 terminó con más de 13.000 judíos en las dependencias del velódromo parisiense, desde el que fueron enviados a los campos de exterminio nazis. Un total de 4.051 de ellos eran niños. 'He intentado dar la voz a las víctimas, porque cuando hablamos del Holocausto solemos hacerlo a partir de las cifras'. El objetivo, continuó, es contribuir a 'no olvidar el drama del siglo más hermoso y más atroz'. Como dijo el escritor Guillermo Cabrera Infante, miembro del jurado, Salabert se ha convertido 'en uno más de los testigos de cargo de una culpa que no cesa'.
Salabert ha metido el dedo en la llaga en uno de los momentos más turbios de la historia francesa -la complicidad del Gobierno colaboracionista del mariscal Pétain con el Holocausto-. Como recordó al recoger el premio, 'las detenciones fueron efectuadas por la policía francesa, mandada desde el Gobierno de Vichy'.
La expulsión de 1492
Dando un paso más allá, la escritora ha vinculado ese momento con una tragedia similar ocurrida cinco siglos atrás: la persecución y expulsión a que fue sometida la comunidad judía sefardí de la península por parte de los Reyes Católicos en 1492.
La novela se estructura en dos planos temporales. Por un lado, narra las peripecias de la niña Ilse Landerman, que logra huir del velódromo dejando en sus gradas a su madre y a su hermano pequeño. Por otro, cuenta los descubrimientos de su hijo, Herschel Dalmases Landerman, quien reconstruye la memoria del pasado a través de manuscritos, cartas y los recuerdos de un amigo sefardí de los padres. Sobre este último personaje, puente entre las dos tragedias, Salabert afirmó: 'Todos los españoles tenemos una deuda contraída con la inteligencia de nuestros compatriotas expulsados porque hasta ahora han hecho un gran esfuerzo por conservar su lengua. Una lengua que se convirtió en la casa de la que fueron expulsados'.
En este sentido, Almudena Grandes, también miembro del jurado, afirmó que Velódromo de invierno es 'una novela conmovedora sobre la supervivencia con todo lo que tiene de grandioso y de optimista', mientras que Adolfo García Ortega, editor de Seix Barral, destacó 'el clima de orfandad' que se desprende del texto.
La decimoquinta edición de este mítico galardón de las letras hispanas, que resucitó en 1999 entronando al mexicano Jorge Volpi, ha contado con un jurado formado casi íntegramente por escritores para subrayar, como dijo García Ortega, su 'garantía literaria'. Sus miembros han sido Cabrera Infante, Susana Fortes, Pere Gimferrer, Luis Goytisolo y Jorge Volpi, que se ha sumado este año al grupo junto a Grandes y a García Ortega.
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