Petrobras, tres años de muertes y catástrofes
Los últimos tres años de la compañía petrolera brasileña Petrobras han dejado un rastro de muertes y catástrofes medioambientales. En ese plazo, han muerto 82 de sus trabajadores, una media de dos al mes. Y se produjeron vertidos tan espectaculares como el de la bahía de Guanabara en Río de Janeiro, en enero de 2000; el que amenazó las cataratas de Iguazú en julio del mismo año y el de Araucaria, en el estado sureño de Paraná, ocurrido un mes después y que, con una fuga de 4 millones de litros de petróleo, ha sido el más grave de todos.
Desde enero de 2000 los sindicatos petroleros detectaron 94 accidentes de cierta importancia en Petrobras, que ocasionaron un total de 23 víctimas mortales. De esos fallecimientos, 17 ocurrieron en empresas subcontratadas. En la zona donde ayer se hundió la plataforma P-36 hubo anteriormente 50 accidentes, con 13 víctimas mortales, de las cuales 11 eran trabajadores eventuales.
En total, de las 82 muertes laborales de Petrobras, 66 víctimas eran trabajadores eventuales. Ello ha llevado a los sindicatos a criticar la política de Petrobras de servirse, en cada contrata, de personal eventual y poco preparado. Además los sindicatos censuran los despidos constantes que han afectado a la plantilla, cuyos trabajadores son considerados más cualificados: los trabajadores fijos eran hace tres años 82.000, y hoy son 34.000.
Pero, además de víctimas mortales, Petrobras cuenta en su pasivo con graves accidentes ambientales. De los 94 ocurridos en los últimos 15 meses en la empresa, 22 fueron provocados por fuga de combustibles y residuos.
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