Uderzo convoca a millones de lectores con un álbum sobre la soltería de Astérix y Obélix

Astérix el galo, primer título de la serie, salió en 1961 con una tirada de 15.000 ejemplares, de los cuales se vendieron 6.000. Uno de sus grandes competidores era Tintín, que vendía centenares de miles de ejemplares. Han cambiado las tornas. Hasta la fecha se han vendido 300 millones de álbumes de Astérix, el doble de lo vendido por el reportero del tupé.

Un ejemplo del fenómeno es que en España, donde cualquier cómic que agota una edición de 2.000 ejemplares se considera un éxito, el lanzamiento de Astérix y Latraviata es de 250.000 álbumes, de los cuales 40.000 son en catalán y 3.000 en euskera. Aunque la fuerza de las historias se resiente de la ausencia de la genialidad humorística y habilidad narrativa del guionista René Goscinny, fallecido en 1977, y creador de la serie junto a Uderzo, Astérix se ha convertido en un icono de la cultura europea. Sobre todo en Francia, donde el pasado miércoles salieron a la venta 2.000.000 de ejemplares de una edición total de 3.000.000 en lengua francesa. En todo el mundo se han imprimido 8.000.000 de libros en 107 lenguas y dialectos.

Junto a una intriga en las altas jerarquías del poder romano, el tema de las mujeres planea en Astérix y Latraviata. Uderzo ya encaró a los protagonistas con este tema en 1991, en La rosa y la espada, historia en la que una bardo feminista cuestionaba el orden sexista de la aldea gala. Finalmente, todo volvía a su cauce normal. En esta última historia son las madres de Astérix y Obélix, aunque desde una perspectiva convencional, quienes quieren dar un nuevo rumbo a las relaciones de sus hijos con las mujeres. Su intención es cambiar la actitud distante de Astérix y la sumamente platónica de Obélix con el sexo femenino. Los padres de los dos guerreros galos, que también aparecen en el álbum, complican la trama metiendo a sus retoños en una complicada intriga palaciega.

La familia y la infancia de los guerreros galos ya fue tema de un singular libro ilustrado que recogía un relato escrito por Goscinny en 1966 y que Uderzo ilustró más tarde. En Cómo Obélix se cayó en la marmita del druida cuando era pequeño se explica lo retraído y sensible que era Obélix, acusado por los demás pequeños de ser 'una niña', y las intervenciones en su defensa de Astérix. En El mal trago de Obélix, el anterior álbum de la serie, publicado en 1996, se planteaba un vez más el tema de la infancia. Obélix volvía a su cuerpo infantil tras beber una poción. En esta obra, Astérix y Obélix llegaban al continente perdido de la Atlántida, donde sus habitantes disfrutaban de una eterna juventud. ¿Miedo a crecer? ¿Misoginia? En Astérix y Latraviata no queda claro cuál es el motivo de la eterna soltería de los protagonistas. Quizá sólo esté motivada por las convenciones narrativas del medio. O quizá no.