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'Mi nombramiento es sólo un punto de partida para los árabes de Israel'

Saleh Tarif, de 46 años, capitán del Ejército y diputado por el Partido Laborista, se ha convertido en el primer ministro árabe-druso de Israel. Su nombramiento pone fin al monopolio absoluto ejercido por la comunidad judía sobre el Ejecutivo de un país en realidad pluriconfesional. El paso es importante para la minoría árabe -el 20% de la población-, pero es todavía mucho más trascendente para los judíos, que con esta decisión han lanzado un mensaje claro de reconciliación a este sector de la sociedad, al que ha tratado siempre como ciudadanos de segunda clase.

Pero el nombramiento de Saleh Tarif es algo más: es un bálsamo con el que el Gobierno de Ariel Sharon trata de cicatrizar las heridas producidas en la minoría árabe israelí el pasado mes de octubre, cuando las fuerzas de seguridad atajaron con violencia una revuelta de esta comunidad en apoyo de la Intifada y contra su discriminación, dejando en el suelo los cadáveres de 13 jóvenes manifestantes.

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Nada de eso parece empañar la alegría de los vecinos de Julis, a 100 kilómetros al norte de Tel Aviv, que han convertido el nombramiento de Saleh Tarif en una fiesta popular. En los últimos días, drusos, circasianos, beduinos y árabes en general se han dado cita en la casa de los Saleh, en lo alto del pueblo; todos tratan de rendirle honor y pleitesía al nuevo ministro.

Pregunta. ¿Qué representa la inclusión de un ministro árabe en el Gobierno de Israel?

Respuesta. Mi nombramiento es sólo un punto de partida, supone un cambio importante en la vida política de este país: hay que involucrar aún más a los árabes en el Gobierno de Israel.

P. ¿Por qué no se hizo antes?

R. No se lo sabría decir. Además, no soy yo quien debiera dar explicaciones. Lo único que le puedo decir es que he servido al Ejército, a este país, y he tenido cargos importantes incluso, como vicepresidente en el Parlamento, y durante todo este tiempo me ha dolido ver que los árabes no estuvieran en el Gobierno.

P. ¿Cómo justificaba la sociedad israelí no tener ministros árabes?

R. Se alegaban razones de seguridad. Aseguraban que tenían que tomar decisiones cruciales con respecto a los árabes en Israel, y eso les impedía tener un ministro árabe en el interior del Gobierno. En cualquier caso, me duele y me indigna que la derecha o la izquierda haya tardado tanto tiempo en nombrar un ministro árabe.

P. Paradójicamente, usted forma parte de un Gobierno formado tras unas votaciones boicoteadas por un 80% de la comunidad árabe. ¿Se siente usted representativo de su minoría?

R. Yo represento a todos los árabes, un 20% de la población, a casi un millón de ciudadanos. Pero además le diré que no fui escogido para este cargo, sino que fui votado en unas elecciones efectuadas en el Partido Laborista.

P. ¿Cómo han reaccionado los árabes por su nombramiento?

R. Si hay que ser sincero, le diré que no todos están contentos. Pero hay una gran mayoría que se sienten orgullosos por el paso que se ha dado. He constatado en la calle una mezcla de entusiasmo y preocupación; saben que el Gobierno actual tiene que tomar muchas decisiones con respecto a los palestinos, y esto me va a colocar en una situación comprometida.

P. ¿Qué va a hacer en este Gobierno israelí si no tiene cartera?

R. Seré responsable de los asuntos árabes. Pero además, dentro del partido, estamos luchando para que me haga cargo del control de las televisiones y de la radio estatal. Lo más importante será mi trabajo en defensa de la población árabe. La tarea no es nueva. Durante diez años he sido alcalde aquí, en mi pueblo. Ahora puedo hacer de puente entre los árabes y los judíos.

P. ¿Podrá influir como árabe en un Gobierno de mayoría judía?

R. No lo sé. Lo que tengo que hacer no es nada fácil. No soy el ministro de Defensa o de Exteriores. Mi misión es bastante más complicada, pero pondré mis ideas sobre la mesa del Gobierno, unas ideas que representan al otro Israel.

P. Usted condenó públicamente la visita que Ariel Sharon hizo a la Explanada de las Mezquitas el pasado 28 de septiembre, haciendo estallar la Intifada. ¿Mantiene aquellas críticas?

R. Bueno, mis palabras fueron sacadas de contexto por la propaganda electoral. Es cierto que lo dije, pero fue en un momento de tensión y vehemencia. Ahora me expresaría de manera diferente. No quería ofender al primer ministro Sharon; lo siento. Le he pedido disculpas.

P. ¿Cómo ve hoy, desde aquí, la Intifada?

R. Estoy en contra de la Intifada. Estoy contra el derramamiento de sangre. Y también contra el lenguaje de la fuerza utilizado por las dos partes.

P. Entonces, ¿cuál será el futuro de los palestinos?

R. Creo que los palestinos deben tener su propio Estado y una parte de Jerusalén como su capital. Pero esto no sólo lo digo yo. Ésta es la propuesta principal del plan Barak de paz.

Saleh Tarif, primer ministro del Gobierno de Israel perteneciente a la comunidad árabe-drusa, es aclamado por sus seguidores en Tel AViv, el pasado día 2 de marzo, tras ser nombrado ministro del Gabinete de Sharon.
Saleh Tarif, primer ministro del Gobierno de Israel perteneciente a la comunidad árabe-drusa, es aclamado por sus seguidores en Tel AViv, el pasado día 2 de marzo, tras ser nombrado ministro del Gabinete de Sharon.AP

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