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El PSOE e IU acusan a Aznar de favorecer a los empresarios en la reforma laboral

El presidente de Gobierno anuncia un segundo plan contra la violencia doméstica

José María Aznar respondió que fue su Gobierno el primero que puso en marcha un plan contra la violencia doméstica y que en breve anunciará el segundo. La jornada arrancó con una declaración institucional de la presidenta del Congreso de los Diputados, Luisa Fernanda Rudi, a favor de eliminar trabas para la plena participación de las mujeres en el orden político, económico, social y cultural, aprobada por asentimiento ayer, víspera del Día de la Mujer Trabajadora.

De la frustrada reforma laboral dialogada tuvieron que dar cuenta tanto el presidente del Gobierno como el ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que interpeló a Aznar, aseguró: "Usted no ha actuado como árbitro, ha irrumpido en la negociación entre sindicatos y empresarios y ha dado alas a las bajas pasiones de los empresarios para obtener todos los resultados sin ninguna contrapartida".

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Para el socialista Jordi Sevilla, el 90% del contenido del decreto recoge los postulados de los empresarios, por lo que al Grupo Socialista no le cabe duda alguna respecto a que el Ejecutivo sólo ha querido beneficiar a la patronal. Previamente, el jefe del Gobierno había aludido a ese 90% pero para apuntar que, según su versión, el decreto aprobado recoge "los acuerdos alcanzados" entre los agentes sociales antes de llegar al punto muerto en su negociación.

El presidente no consideró el decreto como una irrupción indebida en funciones ajenas sino como el cumplimiento de sus obligaciones en su objetivo de crear empleo. De la precariedad laboral de las mujeres habló el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, así como de la violencia doméstica. Tras señalar que en los últimos cinco años han sido asesinadas 300 mujeres, añadió que el plan del Gobierno contra la violencia, cuya vigencia terminó el pasado diciembre, no ha dado frutos. Zapatero considera imposible que la mujer pueda dar el salto necesario a la vida laboral si, por ejemplo, sólo un 2% de los niños menores de tres años tienen plaza en guarderías públicas. Y le demandó que instaure una vicepresidencia social para ocuparse de esos asuntos.

Aznar respondió con muchas cifras y cierta ironía al reseñar que los Gobiernos socialistas "tendrían mucha sensibilidad, pero no hacían nada". Aznar contrapuso el primer Plan de Acción contra la Violencia Doméstica, con datos en casas de acogida, y formación de personal de las Fuerzas de Seguridad, de la Justicia y de la Sanidad, y una inversión de 8.000 millones, aunque con el reconocimiento de que "el problema de la violencia sigue siendo muy grave".

El dirigente del PSOE Juan Fernando López Aguilar se enzarzó en una disputa dialéctica con el ministro de Justicia, Ángel Acebes, sobre las posibles obstrucciones y manipulaciones del Gobierno en el asunto del suplicatorio reclamado hace nueve meses por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo al Parlamento Europeo sobre el eurodiputado italiano Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia. Acebes negó con vehemencia cualquier intervención directa del Ejecutivo y lamentó la "irresponsabilidad" del diputado del PSOE en un problema que afecta a las relaciones institucionales entre Estados y la UE.

De izquierda a derecha, Rodríguez Zapatero, Antonio Cuevas, Jesús Caldera y Jaime Blanco con Celia Villalobos, ayer en Congreso.
De izquierda a derecha, Rodríguez Zapatero, Antonio Cuevas, Jesús Caldera y Jaime Blanco con Celia Villalobos, ayer en Congreso.R. GUTIÉRREZ

La sucesión llega a la Cámara

Ninguna de las 24 preguntas planteadas ayer por los distintos partidos al Gobierno incluía alusión alguna al polémico asunto de la sucesión de José María Aznar o a la reciente remodelación del Ejecutivo para enviar como candidato a lehendakari a Jaime Mayor. Eso sí, el tema de la sucesión, que tanto molesta al presidente, se coló en el hemiciclo en diversas preguntas y de las formas más variopintas. El primero que intentó llevar a Aznar a ese terreno fue el líder de IU, Gaspar Llamazares, cuando le pidió que paralizara el decreto sobre la reforma laboral para dejar 'algún legado a su delfín, no vaya a ser que se quemen todos'. El debate sucesorio surgió otra vez cuando el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, exigió al nuevo ministro de Presidencia, Juan José Lucas, que se estrenaba en la Cámara, la fórmula con que el Gobierno 'cocina' los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas para corregir a su favor los aspectos negativos que reflejaba su último sondeo. Blanco deseó a Lucas 'suerte en la carrera para ser líder de la oposicón'. Lucas le replicó recordando que en 1993 el diputado Javier Arenas se interesó ante el ministro responsable del CIS, Virgilio Zapatero, por ese asunto y éste le instó a esperar a ganar las elecciones. Pero pagó la novatada y no completó su exposición por falta de tiempo. El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, también respondió al socialista Jordi Sevilla sobre el 'episodio sucesorio': 'Eso se lo reconocemos, ustedes en los problemas sucesorios han demostrado gran superioridad y pueden dar muchas lecciones tras tener cuatro líderes en dos años'.

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