La enfermedad avanza por el Reino Unido pese al plan de choque del Gobierno
Los focos de fiebre aftosa aumentan de forma imparable en el Reino Unido, pese al plan de choque del Gobierno. Ayer eran ya 69 los confirmados entre Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte. Los supermercados han anunciado que la subida de los precios de la carne de hasta un 15% será inevitable si el virus continúa extendiéndose. En las carnicerías y mercados locales, la ternera, el cerdo y el cordero podrían aumentar hasta un 40% si no hay nuevos suministros y las importaciones se generalizan. Según la Unión de Granjeros, los ganaderos deben "prepararse para lo peor, sin perder la esperanza de que esta pesadilla acabe pronto". La enfermedad ha alcanzado incluso una de las fincas del príncipe de Gales en Devon, al suroeste del Reino Unido.
Alrededor de 53.000 animales han sido sacrificados desde que fuera localizado hace dos semanas el primer foco en una granja porcina de Northumberland, junto a la frontera de Escocia. Nick Brown, ministro de Agricultura, sugirió ayer que "algún tipo de producto cárnico introducido de forma ilegal" podría haber sido el factor desencadenante. La Unión de Granjeros participa de dicha teoría y pidió a la UE que rechace todo alimento sospechoso de países con enfermedades animales endémicas.
Compensar a los granjeros
El Gobierno británico empezará a compensar a los granjeros que han debido sacrificar animales. Para este mes se esperan los primeros pagos en las granjas de ovejas. Las de vacuno recibirán los suyos entre abril y mayo. Los veterinarios han inspeccionado 260 fincas. Si bien algo más de 130 no están infectadas, muchas se encuentran en zonas de riesgo y rodeadas de piras de animales muertos. Mientras llega ese dinero, algunos propietarios ingleses y galeses libres del virus podrán llevar mañana sus rebaños a mataderos especialmente desinfectados. El Gobierno supone que ello aliviará la demanda y podrá ganar tiempo hasta que el virus esté controlado.
En Escocia, el traslado de cerdos muy seleccionados empezó ayer por orden de las autoridades autonómicas. "Pese a que seguimos registrando casos, parece probado que no puede hablarse de un foco escocés de fiebre aftosa. Todos los animales enfermos habían estado en contacto con explotaciones del resto del país", dijeron fuentes del Gobierno regional. Su mayor problema hasta el momento no ha sido poner en cuarentena las granjas, sino convencer a los excursionistas de que eviten el campo. La policía ha reforzado los controles para cerrarles el paso.
El virus descubierto en Devon la pasada semana ha invadido una finca de Dartmoor propiedad de Carlos de Inglaterra y gestionada por un granjero, Roger Winsor. En Dartmoor se abre uno de los mayores parques naturales del país, cerrado en parte para maniobras militares. El resto es para pastos, ciervos, tejones y zorros. Los expertos no han decidido aún si la fauna silvestre deberá ser sacrificada.
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