Trabajo culpa a patronal y centrales por no pactar la reforma laboral
La Generalitat considera insuficiente la modificación aprobada
Aparicio, que participó en la capital burgalesa en un acto político del PP provincial, afirmó que el Gobierno dio un amplio plazo, establecido por los propios agentes sociales, para alcanzar un acuerdo. Añadió que el fracaso de la negociación se debe, en su opinión, a que 'se ha atendido más a los intereses de parte, a los intereses de las organizaciones, que al interés general' y reiteró que por ello el Gobierno se ha visto obligado a aprobar un Real Decreto que atiende, 'no solamente el incremento del empleo, sino también la mejora de su calidad'.
El decreto aprobado el viernes, que ignora las propuestas sindicales para limitar la eventualidad, establece un menor coste del despido para los trabajadores fijos (33 días por año trabajado); encarece ligeramente los despidos para empleados temporales (ocho días por año) y bonifica la contratación de mujeres. Según el ministro, con estas medida 'se trata de extender los buenos efectos de la reforma laboral de 1997, agotada, al mayor número de ciudadanos'.
Desde la Generalitat de Cataluña, el conseller de Trabajo, Lluís Franco, aseguró que el Gobierno del que forma parte está de acuerdo con los objetivos generales de la reforma, si bien, añadió que sería conveniente avanzar en algunas medidas concretas, como encarecer más los despidos de trabajadores temporales para fomentar la contratación estable, que todavía, afirmó, son insuficientes.
Las declaraciones de Aparicio, apoyadas por el secretario general del PP, Javier Arenas, que pidió 'autocrítica' a los sindicatos y a la patronal por haber fracasado en sus conversaciones, elevaron aún más el tono de las críticas de los centrales sindicales. El secretario general de CC OO, José María Fidalgo, advirtió al Ejecutivo que 'su manera de actuar augura malos tiempos', mientras que el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, aseguró que la reforma laboral impuesta tiene un carácter 'marcadamente proempresarial, que tiene las orientaciones que la patronal ha defendido en el proceso de negociación'.
Esta tesis, la de que el Gobierno ha hecho el caldo gordo a la patronal mediante un decreto, fue defendida también ayer por el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que consideró necesario que la coalición articule 'junto a los sindicatos y, en especial junto a CC OO' una respuesta política y social a la reforma.
Tambien se refirió a la reforma el presidente de Castilla-La Mancha, el socialista José Bono, quien afirmó que la modificación aprobada por el Gobierno refleja que no han desaparecido los tics de la antigua derecha.
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