Eminem y U2 triunfan en los Grammy

Ganara o perdiera, iba a ser el protagonista de la noche. El controvertido rapero blanco Eminem, de 28 años, que ha vendido ocho millones de copias sólo en Estados Unidos con su hip-hop incendiario, se llevó -rodeado de la polémica que han generado las insultantes letras de sus canciones y el derecho a expresar incluso lo más sangriento- tres de los cuatro grammies para los que era candidato: mejor álbum de rap, mejor dúo con el veterano Dr. Dre y mejor single. Para compensar su amago de rebeldía, al incluir a Eminem en una gala que premia más el éxito comercial que la originalidad, la 43ª edición de los Grammy también galardonó a dos carrozas del rock: el grupo irlandés U2, que obtuvo tres premios, y la veterana banda Steely Dan.

El álbum de Eminem The marshall matters LP también era candidato para mejor disco del año, pero se lo arrebataron los veteranos componentes del grupo Steely Dan, que llevaban más de 20 años sin grabar nada, con su elepé Two against nature. Competían contra Paul Simon (You are the one), Beck (Midnite vultures) y Radiohead (Kid).

U2 resultó ser el otro gran triunfador de la noche al llevarse tres trofeos: mejor canción (Beautiful day), mejor actuación y mejor grupo de rock . 'Es una emoción muy extraña la que siento ahora', reconoció Bono. 'Creo que se llama humildad', dijo refiriéndose a la última mala racha del grupo.

Pero todo esto quedó completamente eclipsado por la presencia de Eminem en una gala tan tradicional como la de los Grammy. Algunos vieron en sus candidaturas un intento de los organizadores por atraer a un público más joven a una ceremonia que debe competir con las galas de MTV. Otros lucubraron sobre una maniobra para romper la popularidad marginal del rapero al mezclarlo con lo más conservador de la industria.

En sus canciones, Eminem insulta, degrada y humilla a prácticamente todo el mundo, al establishment en general y a las mujeres y a los gay en particular. En uno de sus éxitos, Kim, describe gráficamente cómo degüella a su mujer con palabras como 'sangra, zorra, sangra'. La canción premiada, The real slim shady (que, por cierto, era el seudónimo de Eminem en su primera época rapera, por la que el año pasado se llevó dos grammies), dice muy claramente: '¿Creéis que me importan un bledo vuestros grammies? La mitad de vosotros no me puede ni oler..., joderos... Yo hablo de lo que habláis con vuestros amigos en el salón, pero tengo los huevos de decirlo delante de todo el mundo'.

Con Elton John

Con razón, el momento cumbre de la velada fue su actuación, la última de la gala. Y llegó nada menos que de la mano de Elton John, embutido en un lucido traje de lunares rosas, para interpretar una de sus más polémicas melodías, Stan, que narra el doble suicidio de un imaginario fan frustrado por no poder hablar con su ídolo. El veterano artista británico, abiertamente homosexual, fue muy criticado por las asociaciones gay por comparecer con un rapero que habla con tanta violencia de los 'maricones'.

De hecho, un centenar de personas se manifestaron delante del Staples Center de Los Ángeles, donde se celebraron los Grammy, con pancartas contra el odio y las letras 'neonazis'. Pero la cosa no pasó a mayores.

Al final, como era de prever, todo fue bastante inocuo. La cadena CBS, que retransmitió el evento, estaba lista para censurar las palabras del rapero (en la televisión generalista norteamericana se borran las palabrotas y se censuran todos los desnudos), que consiguió, sin embargo, colar uno o dos 'zorras'.

La actuación había sido cuidadosamente preparada, primero, por el presentador de la ceremonia, el humorista John Stewart, que bromeó diciendo que Eminem 'era realmente gay', y luego, por el presidente de los Grammy, Michael Green, que comparó las reacciones que ha provocado el rapero con el escándalo que crearon en su tiempo Elvis Presley y los Rolling Stones.

También fue muy moderado al recoger sus galardones. 'Quiero agradecer a todo el mundo que ha podido mirar más allá de la controversia y ver el álbum por lo que realmente es y lo que no es', dijo Eminem en unas breves palabras en las que recordó a su familia, a su esposa y a su hija, Hailie Jade.

Lo irónico de la historia es que el grupo que se llevó el premio de la noche, Steely Dan, tampoco se queda corto en sus letras. Una de las canciones, Janie Runaway, trata de la aventura sexual del narrador con una menor de edad a la que le propone un trío, y en otra, Cousin Duprée, habla de la obsesión homosexual de un hombre por su primo más joven. Por lo visto, la diferencia es que aquí no se trata de hip-hop cantado por un blanco y que los fans ya pasada la cuarentena saben distinguir entre ficción y realidad.

Con todo esto quedó poco para el resto de las 100 categorías de los Grammy, que este año sumaron una nueva con el galardón al mejor álbum de música india o, como se llaman en EE UU, americanos natives. La tónica de la noche fue, cuando menos, ecléctica. Se quedaron al margen los productos de Britney Spears y Christina Aguilera e incluso la veterana Madonna, que abrió la gala, no se llevó ninguno de los dos premios a los que optaba por Music.

Entre los triunfadores se mezclaron los ya tradicionales Sting (mejor vocalista pop) y Lenny Kravitz (mejor vocalista rock) con recién llegados como Macy Gray (mejor cantante) y el trío negro de hip-hop Destiny's Child. La colombiana Shakira ganó el Grammy al mejor álbum latino de pop por su disco Mtv unplugged. La cantante ('nuestra mejor embajadora', señaló ayer el presidente colombiano, Andrés Pastrana) dedicó su premio a 'su gente de Latinoamérica' y a su novio, 'Antonio [de la Rúa]'. Una de las incongruencias de la ceremonia fue el galardón de 'nueva artista' para Shelby Lynne, la cantante country de 32 años. 'Me ha tomado 13 años y seis discos llegar hasta aquí', dijo. Eric Clapton y BB King se llevaron el premio al mejor álbum de blues tradicional; Tito Puente recibió un galardón póstumo, y el pianista cubano Chucho Valdés, el de mejor álbum de jazz latino.