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Ángel Schlesser resume con eficacia el papel del negro sobre negro

Antonio Pernas vuelve con mucha elaboración a la raya diplomática

La última jornada de la Pasarela Cibeles transcurrió en el Museo Antropológico con los dos últimos pases del eufemismo que han dado en llamar V Desfile de Creadores, que es la manera que usa la Asociación de Creadores de Moda de España para desmarcarse de la organización interna de Cibeles, aceptar el dinero público y mantener una independencia formal. Ángel Schlesser se mostró seguro en su concentración cromática con el negro por bandera y Antonio Pernas mostró su rostro más sereno en las pieles laminadas, el denim de nuevo cuño o la aplicación de la raya diplomática a sobrios trajes de mujer.

Nunca llueve a gusto de todos. Se dice que España es el país del color, y cuando un modista se empeña en hacer su colección con la dominante del negro, corre el peligro de ser estigmatizado. Y es que España, antes que del color, fue el país imperial de la ropa negra (Felipe II escribió unas graciosas ordenanzas alrededor del uso obligatorio del terciopelo negro con o sin brillantes aplicados). Ángel Schlesser, al que se le siente un españolismo interior y no de tablao turístico, empezó con marrones y verdes para pasar rápidamente al negro. Y lo bordó. Detalles como una cinturilla doble de dos grandes botones fueron una constante, con piezas como los pantalones pinzados con bajo vuelto, faldas rectas abotonadas al frente al estilo de posguerra y, ya en el negro de nuevo, un raso estriado en fina textura o una lana fría de gusto se hacían competencia leal cintura arriba, cintura abajo, creando un negro sobre negro a lo Malévich, una comparación nada descabellada ni forzosa. Y un detalle de ligero aire teatral: la falda a capas cebolla de gasa que parecía sacada de una danza clásica.

El punto de Schlesser, como siempre delicado y mórbido, a franjas chocolate y negro o en delicado gris. Sus trajes de fiesta fueron más que discretos, austeros, con un brillo en vertical sobre negro que eran toda una declaración de esencias formales en las que el modista cree: la abstracción como ley plástica y la sobriedad como estilo.

Después Antonio Pernas empezó también en marrón para pasar a verdes nostálgicos de su tierra, usando el cuero con lustre que en una falda combina con ante. Se vio el pantalón de montar inglés y mucho tejido de lentejuela nacarada usado como un apunte de blusas y vestidos. El raso espejo en oro, los trajes cruzados interpretados en raya diplomática de costura impecable dieron paso a la cazadora en denim tecnológico y al hilo de brillo trufando un azul sombrío o el tweed. Se puede ver como convencional, pero su calidad está presente.

Dentro de la ensalada de tendencias actuales en la moda, hay algunos factores comunes, llámese también vectores de comportamiento de diseñadores, que tocan importantes elementos definitorios de las prendas: el estallido de los colores fuertes y sus combinaciones; el mantenimiento del negro como el más eterno de los recursos y el regreso del marrón; el largo a la rodilla, faldas rectas o ligeramente acampanadas; el escote profundo en uve; el poco éxito de las trasparencias; el hilo de brillo en tejidos caros; el lúrex solo o acompañado; el traje masculino para la mujer y el apogeo de la piel en todas sus formas desde el doubleface a los grandes bichos de pelo noble; el cuero teñido, laminado en fantasía o grabado, además del visón y el zorro pigmentados a placer.

Modelo de la colección de Antonio Pernas para el próximo invierno.
Modelo de la colección de Antonio Pernas para el próximo invierno.C. YAGÜE
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