Un tercer terremoto causa dos muertos y una oleada de pánico en El Salvador

Los expertos lo llaman réplica del terremoto del 13 de febrero, pero la tierra tembló ayer de nuevo con gran violencia. El seísmo tuvo una magnitud de 5,3 en la escala abierta de Richter, provocando escenas de pánico entre una población ya aterrada con su destino. Las autoridades informaron anoche de que tenían noticias de dos muertos y al menos 12 personas enterradas tras un corrimiento de tierras en la localidad de Apopa, a una decena de kilómetros al norte de San Salvador. En Honduras, donde se encuentra de visita la reina Doña Sofía no se percibió el seísmo.

Este nuevo terremoto ocurrió a las 2.25 de la tarde (hora local) y lanzó a las calles de la capital a miles de habitantes aterrorizados; es, ante todo, el miedo acumulado tras las dos catástrofes sufridas los días 13 de enero y febrero y que han costado más de mil muertos y cerca de un millón de damnificados.

El pánico fue grande en San Salvador, ciudad que se encuentra a las faldas del volcán que lleva su mismo nombre, cuando segundos después del seísmo una densa nube de polvo se elevó por encima del cráter. La causa de esa nube fueron los derrumbes de tierras en las laderas. Las emisoras de radio locales informaron de que en Apopa al menos 12 personas quedaron sepultadas bajo la tierra.

El Comité de Emergencia Nacional (COEN) reveló anoche que el epicentro se ubicó al sur de San Salvador. Este organismo público asegura además que en las últimas horas se han detectado hasta nueve seísmos perceptibles.

Óscar Ortiz, alcalde de Santa Tecla, una de las localidades devastadas en el primer terremoto del 13 de enero, informó también de que en su municipio se han producido corrimientos de tierras, pero no pudo precisar si también hay víctimas.

Este nuevo temblor llega en momento dramático para el país, cuando las víctimas del anterior comienzan a rebelarse contra la falta de ayudas. Las ONG que trabajan sobre el terreno se quejan de que el socorro internacional no ha llegado esta vez; la sucesión de crisis en Centroamérica e India ha provocado, dicen, un agotamiento humanitario entre los posibles donantes.

'¡Queremos comida! ¡Necesitamos herramientas para remover las ruinas de las viviendas destruidas!', brama Valentín Alfaro, alcalde de la localidad de Verapaz, a 60 kilómetros al este de San Salvador, en el centro de la provincia de San Vicente, la más dañada el 13 de febrero, informa Reuters. Allí hay pueblos sin alimentos ni agua potable. Las ONG sostienen que los nuevos terremotos se producen sobre una población diezmada. El último gran terremoto, el de febrero, dejó sin hogar a más de 200.000 personas.