'Busco la tensión entre la imagen y el proceso'

El artista brasileño Vik Muniz, de 39 años, con residencia en Nueva York desde hace 17, tiene en Arco 2001 obras de su serie de personajes de chocolate en las galerías Brent Sikkema, de Nueva York, y Elba Benítez, de Madrid. En este último espacio, pero en la ciudad (San Lorenzo, 11), y hasta el 9 de abril, se presenta una exposición con una docena de piezas que incluyen además sus series sobre tierra y tintas.

'Soy una persona brasileña, pero un artista americano, ya que todas mis influencias están en la cultura de Nueva York', declara Vik Muniz. Los experimentos del artista y los materiales que manipula tienen como resultado final una fotografía de la pintura realizada. Para las series de personajes populares como Buster Keaton, James Brown, Andy Warhol, Edgar Allan Poe, Walt Disney o el torero Manolete, emplea tintas negras que gotea desde una malla metálica, o con chocolate, que distribuye con rapidez para que la fotografía recoja los reflejos y volúmenes. La serie con tierra dibuja los motivos con la luz y los restos del mismo material, de un jardín cercano a su casa. 'Me interesa la tensión entre la imagen y el proceso. De esta forma cambia la percepción de la imagen, como ocurre con otros temas como cuadros famosos o escenas de deportes. Empiezo a trabajar con ideas muy simples, con líneas a base de alambres que después fotografío, y también con puntos de tinta en una manera puntillista. Al utilizar chocolate, las referencias se hacen más complejas, al afectar a los sentidos. La tierra es como si fuera una superficie luminosa sobre la que dibujo antes de sacar la fotografía'.

Vik Muniz hace su visión particular de la cultura de masas y del pop con una 'visión oblicua' desde Nueva York por su condición de 'extranjero'. 'La obra de arte tiene que tener muchas lecturas, hasta que la representación se sedimenta. La imagen que recibe el espectador de la obra tiene un mecanismo inicial físico, pero después se agregan otros de tipo mental, psicológico y social'. En este proceso, el artista aporta una formación inicial en la publicidad y en la danza, y una posterior como dibujante y en las artes gráficas, que se funden con la fotografía, que es el resultado final.

'Me interesa la fotografía y mostrar una cosa que se dice que no es una foto. Me muevo en esa segunda mirada, en un medio que recoge la transparencia y objetividad. Mi trabajo tiende a atraer esta confianza, la seguridad de la gente hacia la imagen fotográfica. No me interesa la manipulación, pero sí la mentira de la fotografía, salvo la primera imagen que sacó Niepce. Yo hago arte para ver cómo reaccionan las personas, no creo en el papel del artista sin más vinculación con el exterior'. Uno de los personajes populares que ha incluido en la serie de pinturas de chocolate es el torero Manolete. 'Me gustan las corridas de toros, y esta imagen clásica de Manolete, como ídolo de la cultura popular, es como la fotografía de una escultura'. Muniz piensa realizar una obra sobre la imagen de Felipe II en El Escorial con un dedo sobre el mapa del mundo.