Asuntos Taurinos estudia hoy la incineración de los toros de lidia

Las más de 11.000 reses que serán sacrificados en los cerca de 2.000 festejos taurinos de la temporada que está a punto de comenzar tienen casi todas las papeletas para ser considerados, nada más morir en la plaza, como material específico de riesgo (MER) de la enfermedad de las vacas locas, por lo que serán directamente incinerados y no se podrán dedicar al consumo, como se hacía hasta ahora. Esta decisión la estudiará hoy la Comisión Sectorial de Asuntos Taurinos, formada por responsables del Ministerio del Interior y de las comunidades autónomas, que, además, defenderá el uso de la puntilla y el descabello en los festejos, porque no tienen ningún riesgo de transmitir la encefalopatía espongiforme bovina (EEB), ni incumplen la normativa comunitaria sobre manejo de reses vacunas.

Esta opción es también la que aconsejaron hace unos días los miembros del Consejo Consultivo. Desde Interior, en cualquier caso, se precisó que la Comisión Sectorial no es la adecuada para determinar la incineración porque no dispone de técnicos sanitarios. Interior sí asumió que no existe ningún problema por usar los estoques.

La polémica sobre cómo tratar la carne de los toros muertos en las plazas ha surgido porque son reses de más de 30 meses que, para pasar a la cadena alimentaria, tendrían que ser obligatoriamente sometidos a los tests de detección de la enfermedad. Dado que en España faltan medios técnicos (laboratorios) para asumir esa cantidad de exámenes y que la carne de toro está fatigada por la lidia, según los expertos, y no puede permanecer mucho tiempo congelada a la espera del resultado del test, es por lo que se ve más conveniente destruirla. Además, según fuentes del sector, se evita así el riesgo de destapar algún caso positivo de vacas locas en la cabaña taurina, lo que implica el sacrificio automático de toda esa costosa ganadería.

2.500 millones

La dispersión de los festejos, en ocasiones en plazas portátiles y sin medios para la congelación o gel despiece correcto del animal -siguiendo la normativa comunitaria-, ha aconsejado esta medida. Dado que el precio de la carne supone un 10% del coste del animal utilizado para la lidia, los ganaderos y dueños de las plazas han calculado que la pérdida de este ingreso adicional significará unos 1.500 millones de pesetas, sólo en la próxima temporada. Este dinero ha sido solicitado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que estudia cómo hacer frente al citado gasto.Los ganaderos y propietarios de plazas exigen también que la Administración se haga cargo del traslado de los toros muertos a las incineradoras (1.000 millones).