El derribo de viviendas ilegales protege las ruinas griegas de Agrigento

La protección del padre Pío, uno de los beatos locales más venerados en el sur de Italia, no ha bastado esta vez a los propietarios de media docena de casas construidas ilegalmente en el majestuoso Valle de los Templos de Agrigento (Sicilia), que ayer fueron derruidas por orden del Gobierno. El Valle de los Templos, un lugar de extraordinaria belleza en el que se alzan las ruinas de media docena de templos griegos, pertenecientes al siglo VI antes de Cristo, ha sido convertido hace unos meses en Parque Arqueológico, circundado como se encuentra por unas 650 construcciones ilegales, que destruyen la armonía estética del conjunto. Durante 30 años, ecologistas y autoridades han llevado adelante una dura batalla para erradicar de la zona las vivienda-basura que ahogan el esplendor de las ruinas griegas. Finalmente, el martes, y gracias a la presión del grupo ecologista Legambiente, la Asamblea de Sicilia (Gobierno autónomo) ordenó la entrada de las excavadoras del Ejército en la zona con la misión de poner orden. De momento, y debido a que la propia ley que crea el Parque Arqueológico congela las demoliciones por un periodo de dos años, los únicos edificios amenazados de derribo son un puñado de casas sin terminar, entre ellas la iglesia de Santa Rosa, donde se venera la estatua de padre Pío. La tensión entre los vecinos de la zona, apoyados únicamente por el alcalde de Agrigento, Calogero Sodano, y las fuerzas de policía que protegen la actuación de las excavadoras, ha provocado ya un muerto. Se trata de Gerlando Filippazo, un profesor de contabilidad de 63 años, que sufrió un infarto, el lunes, en vísperas de la llegada del pelotón de derribo a su casa. Ayer, los vecinos intentaron sin éxito enfrentarse a la policía, uno de cuyos miembros resultó herido. Hace 15 años, otro intento de demoler las construcciones ilegales en el Valle de los Templos terminó con la derrota de las autoridades centrales, gracias a la capacidad de lucha de un alcalde comunista que logró aglutinar en torno suyo a todos los vecinos.

El ministro de Medio Ambiente, Willer Bordon, se mostró ayer muy satisfecho con este primer paso, que afecta a seis construcciones, al que seguirán nuevos derribos.