Redes de banda ancha
Nos encaminamos hacia una sociedad en red, donde la comunicación será clave. Por eso se debe asegurar que las infraestructuras para las comunicaciones del futuro estén cuanto antes al alcance de los ciudadanos y de las empresas en todas las comarcas del país.
Éste es precisamente el objetivo del convenio suscrito entre la Generalitat, Localret y Telefónica, que prevé que la red de fibra óptica y los servicios interactivos de banda ancha, incluyendo la conexión a Internet a velocidades de hasta 2 megabits por segundo, sean accesibles durante el año 2001 como mínimo para el 92% de la población de Cataluña. La inversión continuada que Telefónica viene realizando desde hace años en la extensión y modernización de su red de banda ancha y el despliegue sobre esta red de las tecnologías digitales de última generación, lo hacen posible.
Por tanto, parece que el actual debate sobre el cable se refiere sobre todo al otro cable, que se despliega en competencia con el de Telefónica y con el compromiso principal de ofrecer servicios de televisión por cable. La estrategia de un operador de cable convencional permite el uso relativamente poco eficiente de la capacidad de banda ancha: todos los clientes reciben a la vez muchos canales de televisión, aunque sólo escojan uno. Sin embargo, para ofrecer servicios interactivos, incluyendo el acceso a Internet, se debe afrontar la dificultad de dotar a esas redes no sólo de un canal de retorno adicional al cable coaxial que conecta a sus clientes, sino también de dosis mucho mayores de inteligencia de red.
Por el contrario, la estrategia de banda ancha de Telefónica pasa por aumentar la capacidad y extender de inmediato a todo el territorio las capacidades de la red de fibra óptica que ya presta, entre otros, servicios de comunicaciones de banda ancha a empresas. La conexión a Internet a alta velocidad se consigue conectando esta red de fibra óptica al hilo telefónico convencional mediante una tecnología avanzada de bucle digital (ADSL). Su evolución a corto plazo permitirá la transmisión de televisión por el mismo medio.
Ambas estrategias tenderán sin duda a converger a medio plazo. Entretanto, se despliegan a ritmos distintos y satisfacen demandas alternativas. Una tiene como mayor elemento diferencial el de activar al espectador de televisión, mientras que la otra se preocupa de atraer hacia un Internet más potente a quienes necesitan mayor ancho de banda que el que proporciona la red telefónica. Lo razonable es que coexistan y que el mercado ponga a cada una en su lugar.
Ricardo Ruiz de Querol es director de Relaciones Institucionales de Telefónica.
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