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INVESTIGACIÓN Toxicogenómica

'Chips' de ADN en vez de animales para realizar pruebas de toxicidad

De las 80.000 sustancias químicas que forman parte de la vida diaria, la mayoría no ha sido sometida jamás a pruebas para detectar sus posibles efectos perjudiciales. Un nuevo método, basado en el estudio de genes con chips de ADN, se presenta como una alternativa más rápida, barata y precisa que la experimentación con animales para probar medicamentos, alimentos, aditivos alimentarios o cosméticos.

El método tradicional para probar los productos químicos sometiendo a los animales de laboratorio a dichas sustancias es lento, caro, y recibe ataques de grupos defensores de los derechos de los animales. Además, lo que sucede en animales no siempre se corresponde con lo que ocurre en las personas.Con el nuevo método, se exponen los animales o las células introducidas en un tubo de ensayo a la sustancia química. Unos chips especiales de ADN se utilizan para ver qué genes se activan o desactivan mientras el animal o las células reaccionan. Este patrón de actividad génica, al menos en teoría, debería indicar si la sustancia química es tóxica, de la misma forma que las huellas de ADN se utilizan para juzgar la culpabilidad o inocencia de los sospechosos criminales.

La técnica, llamada toxicogenómica, está todavía en fase experimental, pero podría ofrecer muchas ventajas sobre los sistemas actuales. Las pruebas en animales, por ejemplo, permiten determinar si una sustancia causa lesiones hepáticas, cáncer, problemas cardiacos o defectos de nacimiento, pero no por qué lo hace. En cambio, el patrón de la actividad genética debería ofrecer claves sobre la trayectoria bioquímica por la que se produce el daño.

El uso de los chips podría reducir también el número de animales que se necesitan, sobre todo si las pruebas se pueden llevar a cabo empleando células en tubos de ensayo en vez de en animales vivos. Aun así, los expertos consideran que las pruebas tradicionales en animales quizá sigan siendo necesarias en algunos casos como complemento a las nuevas.

Los cambios en la actividad génica también pueden darse antes de que se produzcan otros síntomas visibles de lesión, como los tumores, que pueden tardar meses en desarrollarse en los animales. También se espera que las pruebas génicas sean más sensibles a dosis más bajas.

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