Emiliano Martínez, elegido nuevo presidente de los editores españoles

"Será un presidente extraordinario", afirmó ayer Josep Lluís Monreal tras dar el relevo a Emiliano Martínez en la junta extraordinaria de la Federación de Gremios de España celebrada en Barcelona. Monreal efectuó un balance optimista de su etapa al frente de la asociación y Martínez habló de los retos del futuro: aumentar el número de lectores, mejorar las bibliotecas y defender la propiedad intelectual y el espacio iberoamericano.

La junta directiva de la Federación de Gremios de Editores de España dimitió en bloque el pasado julio en protesta por la decisión del Gobierno de autorizar los descuentos ilimitados en los libros de texto, y desde entonces ha funcionado con una comisión gestora. La constitución, ayer, de una nueva junta supone volver a la normalidad. El nombramiento de Emiliano Martínez como presidente en sustitución de Josep Lluís Monreal, que deja el cargo tras dos años según prevén los estatutos de la federación, se hizo a propuesta del Gremio de Editores de Madrid y fue aprobado por todos los gremios de editores españoles.Martínez, que mañana cumplirá 60 años, es vicepresidente del Grupo Santillana, empresa en la que trabaja desde hace 35 años y en la que ha ocupado los cargos de director editorial, director general y director general del grupo para España y América. Es consejero del Grupo PRISA y ha sido vicepresidente de la Asociación de Editores de Madrid y de la Asociación de Editores de Libros de Enseñanza (ANELE).

Martínez explicó los cuatro principales objetivos que se ha marcado la junta que dirige. "El primero, aumentar el número de lectores y el uso de la lectura que hacen éstos". Según los últimos datos, que se hicieron públicos el pasado mes de noviembre, el 58% manifiesta que lee. "Tenemos que mejorar el estándar, que no es para tirar cohetes".

"Hay una percepción un poco sesgada de lo que es la lectura: es buena para los chicos y algo natural en los colectivos de intelectuales, pero no es algo a lo que una amplia parte de la población activa dedique tiempo. Debemos aprovechar la extraordinaria capacidad de la sociedad de la información para hacerla más accesible". Martínez se refirió también al plan nacional de promoción de la lectura que preparan los editores con el Ministerio de Educación y Cultura y que debe entrar en vigor en los primeros meses de 2001. No será una campaña de publicidad, sino de movilización de la sociedad, avanzó.

El segundo gran objetivo es la mejora de las bibliotecas. "Vamos a pedir una mayor dotación para las públicas y que tengan las últimas novedades, que ahora llegan con retraso". La defensa de la propiedad intelectual es otra gran batalla. "Las fotocopias ilegales y la piratería acabarán matando a los editores y a los autores". El cuarto propósito es participar muy activamente en la realidad iberoamericana, respetando la enorme pluralidad de la creación y de la edición". "La reciente Feria de Guadalajara, aparte de la polémica de tintes paletos, ha sido una magnífica plataforma, y lo ha conseguido la industria editorial tras 10 años de invertir y trabajar", añadió Martínez. Todos estos retos, concluyó, "no son sólo desafíos de la industria cultural, sino de toda la sociedad".

Monreal, que bromeó para disimular el punto de tristeza con el que deja el cargo, al que se ha dedicado en cuerpo y alma -"en Océano me han reducido el sueldo a la mitad porque siempre estaba en otras cosas", dijo-, hizo un balance positivo de su etapa: "Se ha encarrilado el plan de fomento de la lectura y consumo", afirmó. En exportaciones se ha pasado de facturar 70.504 millones de pesetas en 1999, a 85.000 millones sin cerrar diciembre de este año, "por el cambio favorable del dólar y la recuperación de los mercados latinoamericanos". "El sector editorial es una industria pujante tanto para los grandes grupos como para las pequeñas editoriales. Aparecen continuamente pequeñas editoriales y éstas se convierten en medianas, y lo más importante, el nivel de calidad es muy bueno".

Lo más difícil del mandato de Monreal ha sido la liberalización de los descuentos en el precio de los libros de texto. El ya ex presidente de los editores dijo que éstos creen que el Gobierno no liberalizará el precio del resto de los libros, que "estuvo muy amenazado el verano pasado". "No tenemos garantías, sólo el silencio, pero estamos convencidos de que se impondrá el sentido común". La dimisión de la junta directiva en julio no fue un puro gesto, afirmó: "Ha servido para que el precio del libro cointinúe siendo fijo. Lo que perseguíamos era protestar por una batalla perdida y para no perder otra".

Pluralidad y cohesión

La Federación de Gremios de Editores de España fue creada en 1978 para defender los intereses generales del sector editorial. Agrupa 684 empresas afiliadas a los gremios de Madrid, Cataluña, Euskadi, Andalucía y Valencia, además de la Asociación Nacional de Editores de Libros de Enseñanza y la Asociación de Editores en Lengua Catalana.

La junta directiva está integrada por tres editores en representación de los editores de la Comunidad de Madrid y otros tres de los de Cataluña, los dos gremios más importantes y otros cuatro por los de Euskadi, Andalucía, Galicia y Valencia. Las 684 empresas significan el 85% de la producción editorial y el 93% del volumen de comercio.

La nueva junta directiva que preside Emiliano Martínez cuenta con un vicepresidente primero, Jordi Úbeda (Publicacions de l'Abadia de Montserrat); un vicepresidente segundo, Juan de Isasa (SM), y un vicepresidente tercero, Javier Gogeascoechea (Editorial Desclée de Brouwer, de Bilbao), por los vascos. Como dijo Martínez, "es una federación de una gran pluralidad, en la que están representadas diversas lenguas, en la que hay empresas muy especializadas y otras generalistas, que compiten entre sí, y que actúan conjuntamente con gran cohesión".