Varios de los pacientes que contrajeron la hepatitis C en el hospital de Figueres mantienen sus denuncias

Algunos pacientes que el pasado 4 de junio sufrieron el contagio de hepatitis C en el hospital de Figueres están convencidos de que la explicación de las causas del brote y la depuración de responsabilidades pasa por la vía judicial. No les convence la vaguedad y tibieza del informe sobre el contagio realizado por Sanidad, que define el caso como "un incidente aislado, ocasionado probablemente por un error humano y que no cuestiona el funcionamiento del servicio de urgencias del hospital". Tampoco ven claro que el documento no haya señalado a ningún responsable de la reutilización de una aguja infectada. Por ello, un juzgado de Figueres ya ha recibido demandas en las que coinciden la exigencia de información y de responsabilidades por lo que consideran una inexcusable negligencia médica.Uno de los afectados, que, junto a otras dos personas, ha sido descartado del brote porque no tiene el virus activo, presentó ayer su demanda contra el hospital. Su abogada, Sònia Jiménez, explicó que la denuncia pretende aclarar quién fue el responsable del error que originó el contagio y, posteriormente, exigir responsabilidades. En su demanda, Jiménez ha incluido la actitud negativa que tuvo el hospital con su cliente. "Se le informó con un retraso inexcusable, no han dado la cara en ningún momento y no ha recibido apoyo psicológico", asegura. El afectado, de unos 30 años, encuentra inverosímil que Sanidad haya decidido descartarlo del brote únicamente porque no tiene el virus activo y no pueden analizarlo para compararlo con el del paciente que originó el brote. Afirma que puede demostrar que antes del 4 de junio no estaba afectado de hepatitis C.

El demandante asegura que el hospital ha puesto obstáculos para facilitarle su historial médico. La documentación recibida es, en su opinión, contradictoria y podría haber sido manipulada. La situación más sorprendente se produjo cuando, tras unos análisis, le aseguraron que el virus había desaparecido. Un contraanálisis volvió a dar positivo y le justificaron el diagnóstico anterior contándole que la sangre extraída podía haberse estropeado durante el transporte.