Una madre mata en Elche a su hija toxicómana de dos puñaladas

Segundo homicidio

"Ha sido la madre con un cuchillo de cocina". La frase corrió de boca en boca entre los vecinos del popular barrio ilicitano de Carrús, que ayer por la mañana se echaron a la calle para ver a qué se debía el sonido incesante de las sirenas de los coches policiales y ambulancias. La policía no tardó en confirmar la rumorología vecinal: "Presuntamente, una vecina de Carrús ha matado a su hija de dos puñaladas". La víctima, M. C. T. S., de 31 años, y su madre, E. S., de 62, se enzarzaron en una violenta pelea, alrededor de las ocho de la mañana, en presencia de un hermano de la fallecida. Según los vecinos, las discusiones entre madre e hija eran frecuentes, pero nunca imaginaron que la de ayer acabara en tragedia. La víctima, según la policía, era adicta a las drogas y estaba relacionada con el mundo de la prostitución.

La supuesta homicida, que compartía su domicilio con dos de sus cuatro hijos, se encontraba "desesperada" por la dependencia de su hija a las drogas, según apuntaron fuentes de la investigación.

El suceso se produjo hacia las ocho y media de la mañana de ayer en el tercer piso del inmueble número 59 de la calle de Giner García Esquitino. En plena disputa, supuestamente la madre empuñó un cuchillo de cocina y asestó dos cuchilladas a la hija, una en la espalda y otra cerca del corazón, que le produjeron la muerte inmediata, según informaron fuentes de la Policía Nacional de Elche, que fue alertada del suceso a través de una llamada al 091. Al lugar de los hechos se desplazó una unidad del servicio de atención médica urgente (Samu), aunque la víctima ya había fallecido.

La madre y uno de sus hijos, que presenció la agresión, fueron trasladados a la comisaría para prestar declaración sobre los hechos. El Juzgado de Instrucción número uno de Elche es el encargado de la instrucción de las diligencias. El cadáver de la víctima fue trasladado al Tanatorio de Elche, donde se le practicó la autopsia.

Uno de los hijos de la presunta homicida, de 33 años de edad y consumidor habitual de drogas, permanece recluido en la prisión alicantina de Fontcalent, tras ser condenado recientemente por la Audiencia de Alicante a 22 años de cárcel por asestar 50 puñaladas a un hombre de 75 años que se negó a darle 500 pesetas.Algunos vecinos del barrio ilicitano coinciden en señalar que la familia de la fallecida es "conflictiva", y añaden que varios de sus miembros sufren problemas relacionados con las drogas. Además, según afirman, la hija padecía, al igual que la madre, trastornos mentales. Éste es el segundo parricidio que se comete en la provincia de Alicante en los últimos meses. Un vecino del municipio de Agost mató a su hijo mientras dormía asestándole dos hachazos en la cabeza. La víctima era un joven con trastornos psíquicos y toxicómano.