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Un informe de HRW critica la ayuda de EE UU a Bogotá

Jorge Marirrodriga

El Plan Colombia se ha convertido en un instrumento de intervención militar en el país latinoamericano cuyas principales consecuencias son el reforzamiento de la impunidad de los paramilitares y el peligro de extensión del conflicto a otros países, según denunció ayer la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), que hizo público su informe mundial. Sobre el papel, el Plan Colombia -apoyado por Estados Unidos y la Unión Europea- servirá para terminar el conflicto con las guerrillas, acabar con el narcotráfico y desarrollar el país. Sin embargo, para la organización humanitaria, las posibilidades de que con el Plan Colombia se produzcan nuevas violaciones de los derechos humanos se han multiplicado desde que se ha puesto en marcha la nueva estrategia para la zona, encabezada por la ayuda militar procedente de Washington.

HRW pone ejemplos concretos, como lo sucedido en la zona de Putumayo, donde los paramilitares han tomado el control de los centros urbanos. "En lugares como Puerto Asís", señala el informe, "se pasean por las calles con las armas al cinto sin ser molestados ni por el Ejército ni por la policía". La población civil es la más perjudicada por el conflicto. En la zona antes citada, un ataque reivindicado por la guerrilla dejó a los vecinos de la zona sin alimentos, medicinas, gas y electricidad, "y mientras los combates entre la guerrilla y los paramilitares aumentaban, los soldados permanecían dentro de sus cuarteles".

La intervención de Washington en el conflicto colombiano -con una ayuda de 1.300 millones de dólares, en su mayor parte en material y entrenamiento militar, y menos de 100 millones, destinados a la defensa de los derechos humanos- ha hecho cambiar su naturaleza. La organización HRW señala que se trata de la mayor ayuda militar dada por el Congreso de Estados Unidos a un país latinoamericano, y que el presidente Bill Clinton permitió personalmente el pasado 22 de agosto que el dinero llegue a Colombia incluso a sabiendas de que las fuerzas que se están financiando y entrenando tienen lazos con los grupos paramilitares.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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