La red de agua es el foco del 59% de los brotes
El brote tipo por infección de legionella en España tiene su origen en la red de abastecimiento y está relacionado con deficiencias en la cloración del agua. Así lo recoge un estudio publicado en abril de 1999 por el Boletín Epidemiológico del Instituto de Salud Carlos III. El texto, elaborado por el Área de Vigilancia de la Salud Pública del Centro Nacional de Epidemiología, apunta que la fuente de infección del 59% de los 42 brotes de legionelosis analizados en España entre 1989 y 1998 en los que existe estudio ambiental hay que buscarlo en la red de abastecimiento de agua potable, las duchas y los grifos. Por detrás, se encuentran los sistemas de refrigeración, con un 7% de los casos, los baños de hidromasaje, con un 4,8% y los pozos, en la misma proporción. En el 23% de los casos no se determinó de dónde surgió el brote. Junto a la fuente de la infección, el documento analiza el número de deficiencias detectadas en los análisis posteriores a la declaración del brote. De un total de 72 deficiencias, la mayoría (21, es decir el 38%) son problemas relacionados con la cloración de las aguas. Por detrás se encuentran los problemas en la red de agua (27%), los relacionados con la temperatura del agua (25%) y los relativos a los sistemas de refrigeración (9%). En otro 31% se detectaron problemas cruzados.
El estudio analiza los brotes de legionella detectados en España recogidos por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica y el Grupo Europeo de Vigilancia de Legionelosis (GEVL). Las comunidades autónomas están obligadas a enviar al Centro Nacional de Epidemiología el informe final del brote.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.