Los riesgos de los móviles para la salud, a la espera de veredicto
Efectos no térmicos
La controvertida cuestión de los riesgos que los teléfonos móviles representan para la salud es sometida a análisis en dos trabajos publicados en el último número de la revista médica The Lancet, concluyendo que todavía es pronto para emitir un veredicto.Desde una perspectiva epidemiológica, Kenneth Rothman, de Epidemiology Resources de Boston (EE UU), llega a la conclusión de que es demasiado pronto para emitir un juicio científico sobre los riesgos que conllevan para la salud los teléfonos móviles. "Según los indicios epidemiológicos de que disponemos en la actualidad, el principal riesgo para la salud pública es claramente la colisión de vehículos, una consecuencia de la conducta más que de la exposición a la radiofrecuencia como tal".
"Ninguno de los diversos estudios sobre exposición ocupacional a las radiofrecuencias y los pocos disponibles sobre usuarios de teléfonos móviles ofrecen indicios claros de que exista una asociación con los tumores cerebrales u otras enfermedades. Incluso aunque los estudios que se están realizando encontrasen grandes efectos relativos sobre el cáncer cerebral, el aumento absoluto del riesgo sería probablemente mucho menor que el riesgo derivado de las colisiones de vehículos de motor", comenta.
Por otro lado, Gerard Hyland, de la Universidad de Warwick (Reino Unido) y el Instituto Internacional de Biofísica Neuss-Holzheim, de Alemania, sugiere que el uso de teléfonos móviles puede producir sutiles efectos no térmicos, asociados principalmente con una sinergia o resonancia entre las frecuencias generadas por diferentes elementos de la tecnología de los teléfonos móviles y las frecuencias naturales del organismo. "Si estas influencias conllevan consecuencias adversas para la salud, las actuales directrices serían inadecuadas", afirma."A pesar de la incertidumbre sobre si las influencias no térmicas de las que se ha informado afectan negativamente a la salud, existe una relación entre algunos de estos efectos y los problemas neurológicos de los que se han quejado algunos usuarios de teléfonos móviles y personas expuestas durante mucho tiempo a la radiación de la estación base. Éstos deberían ser indicadores para la futura investigación", afirma.
En un comentario adjunto, Philip Dendy, ex médico jefe del Addenbrookes Hospital de Cambridge (Reino Unido), comenta que sería difícil establecer unos límites más rigurosos para la regulación de los teléfonos móviles. "En última instancia, la percepción de seguridad de los usuarios estará fuertemente influida por el beneficio que les reporte la actividad en cuestión. Este nivel es claramente elevado en el caso de los teléfonos móviles".
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