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LA CRISIS DE LAS 'VACAS LOCAS'

La UE critica el control de la carne en España

Una inspección obligó a cerrar una fábrica en Castilla-La Mancha por 'riesgos para la salud'

Luis Gómez

Los controles veterinarios que realizan inspectores de la Unión Europea siguen descubriendo serias deficiencias en el sistema de control y supervisión en España, no sólo en lo que afecta al puntual seguimiento del problema de las vacas locas (ver EL PAÍS del pasado domingo) sino también a establecimientos que fabrican productos de carne, carne picada o elaborados. Estos informes contradicen las optimistas versiones que sobre la realidad de mataderos y establecimientos divulgan a diario las autoridades españolas, tanto a nivel nacional como autonómico. Las críticas se desprenden de una inspección realizada por un equipo veterinario europeo por las comunidades de Valencia y Castilla-La Mancha durante el mes de febrero del presente año, donde se visitaron seis establecimientos. Uno de ellos es una gran fábrica de hamburguesas y otra una de las más grandes industrias de derivados de carne.Los expertos europeos ven deficiencias tanto de higiene como de control y supervisión por parte de los veterinarios oficiales. Se da el caso de que uno de estos establecimientos, en la provincia de Toledo, tuvo que ser cerrado porque se producía un grave riesgo de contaminación que afectaba a la salud pública. Dicha fábrica paralizó sus operaciones durante 15 días hasta que se solucionaron tan graves deficiencias, según confirmó a este periódico Manuel Oñorbe, director general de Salud Pública de la Junta de Castilla-La Mancha.

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Dicha misión, formada por tres inspectores de la Unión Europea, visitó instalaciones de Castilla-La Mancha y Valencia durante los pasados 21 y 25 de febrero, para examinar tres sectores específicos de la producción de carne: productos de carne, preparados de carne y carne picada.

Respecto a los establecimientos autorizados para producir carne, la misión veterinaria encuentra numerosas pegas. En uno de los establecimientos, el plan de trabajo "es tan complicado que es incompatible con la producción de productos de alto riesgo", dice el informe. En una planta de producción de carne la sección de corte fue autorizada de acuerdo con la directiva en vigor (referente a carne fresca) "sin cumplir los requisitos de dicha directiva". En algunos establecimientos los centros de trabajo "no tienen la calidad adecuada que exige su nivel de producción" y las salas dedicadas a la limpieza de los utensilios utilizados en la producción no están disponibles.

Nuevamente, una inspección de la Unión Europea pone el dedo en la llaga sobre los controles veterinarios en España. "Se apreció que en muchos casos estos informes (de los inspectores veterinarios) no reflejan los principales problemas que ha encontrado la misión (...), en numerosos casos los informes no concuerdan con los actuales problemas que presentan los establecimientos". El documento europeo señala que "en una planta, el veterinario inspector señala que el establecimiento cumple totalmente con la normativa, cuando la misión ha detectado deficiencias", en otra planta "el veterinario detalla lo que ha chequeado pero no el resultado de sus chequeos" y termina: "en un establecimiento no había informes de los últimos 18 meses".

La crítica a la actuación de los inspectores veterinarios es elocuente. "En muchos casos", dice el informe en este aspecto, "los veterinarios no parecen tener los conocimientos adecuados del sistema de autocontrol puesto en práctica en dichos establecimientos". El informe señala que "en un establecimiento, no ha podido ser demostrada la segregación (bajo supervisión veterinaria) de productos contaminados por salmonella". "En todas las plantas visitadas", dice el informe, "se observaron deficiencias en el control sanitario".

Respecto al autocontrol, el informe reconoce que "no se tomaban muestras para análisis microbiológicos, no había disponibles resultados de tests físico químicos, no se llevaban controles de la eficacia de la limpieza y desinfección".

El informe especifíca que en dos de los seis establecimietos visitados "no se han tomado las muestras de carne picada y preparados de carne", "no se aplicaban los criterios para la evaluación de los resultados de los análisis microbiológicos", "no se respetaba la frecuencia de toma de muestras".

Sobre la trazabilidad (el origen de la carne), el estudio pone especial énfasis en que "en algunos establecimientos visitados los procedimientos de trabajo puestos en marcha no aseguran la apropiada trazabilidad de los productos durante la producción".

Las conclusiones del informe destacan fallos en la autorización de los establecimientos, puesto que "los hay que han sido aprobados sin cumplir los requisitos". E insiste en los problemas de supervisión: "La supervisión veterinaria a cualquier nivel de la administración veterinaria en las regiones visitadas fracasa para identificar las principales deficiencias vistas por la inspección". Y prosigue: "No hay evidencia de ningún mecanismo formal de rectificación de las deficiencias identificadas".

La conclusión final es que "tres de los seis establecimientos visitados presentan deficiencias en la estructura y los procedimientos, en la limpieza y el mantenimiento (con varios grados de gravedad). El sistema puesto en marcha para la higiene de la producción", concluye, "no puede ser considerado satisfactorio en la mayoría de los establecimientos visitados".

Los veterinarios europeos, además de solicitar que se adopten medidas urgentes para evitar "significativos riesgos para la salud pública" en uno de los establecimientos visitados, recomiendan a las autoridades que vigilen si "deficiencias similares se producen en otras plantas de España". La misión concluye recomendando a las autoridades europeas efectuar otra visita a España en el plazo de un año para ver si se han corregido tales deficiencias y hacer un ulterior repaso de cómo se aplica la legislación comunitaria.

Manuel Oñorbe, director de la Salud Pública de Castilla-La Mancha, hace una reflexión sobre estos informes: "Creo que se está tendiendo a crear inspectores de la inspección, que la UE va a poner patas arriba toda la inspección veterinaria para ir a controles más rápidos y más eficientes. De alguna manera estos informes nos están diciendo que para todo lo que era la inspección tradicional ha llegado el momento del cambio". Manuel Oñorbe se hace una última reflexión: "Nos debemos preguntar si no se está cuestionando todo un modelo de vida, que es aquel para el que necesitamos millones de vacas y sobre todo que se aproveche hasta el último gramo de la última vaca".

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