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17 hospitalizados en Barcelona, cuatro de ellos en estado grave, por un brote de legionelosis

Un total de 17 personas se encuentran ingresadas en el hospital del Mar de Barcelona debido a un brote de neumonía por Legionella detectado el pasado lunes. El estado de cuatro de los enfermos es grave y se teme por la vida de dos de ellos. El Ayuntamiento de Barcelona, en colaboración con la Generalitat de Cataluña, inició ayer las investigaciones para determinar el origen de la infección, que se ha localizado en el barrio marítimo de la Barceloneta. Según las primeras investigaciones, todos los afectados se infectaron en el mismo lugar.

Las 17 personas afectadas por la infección se encuentran ingresadas en el hospital del Mar de Barcelona, situado en el mismo barrio de la Barceloneta. De ellas, 13 están en planta y 4 en la unidad de cuidados intensivos (UCI) del centro. El estado de salud de estas últimas es grave, si bien dos de ellas evolucionan favorablemente tras recibir tratamiento médico.Nueve de los afectados por el brote son hombres y ocho mujeres, y sus edades están entre 50 y 92 años. Entre los afectados figuran varias personas aquejadas de enfermedades crónicas, lo que les hace más vulnerables a la infección, ya que su sistema inmunológico está debilitado. Éste es el caso de los que se encuentran ingresados en la UCI.

La existencia del brote se conoció anteayer, cuando el hospital del Mar notificó al Instituto Municipal de Salud Pública de Barcelona (IMSP) que cinco pacientes ingresados en el centro estaban afectados por la bacteria Legionella pneumophila y que existía una posible conexión entre ellos. Ayer por la tarde se informó de la existencia de otros 12 casos, aunque ninguno de ellos reviste la gravedad de los anteriores.

Los síntomas de las cinco personas que resultaron afectadas inicialmente se manifestaron entre los días 1 y 7 de noviembre, lo que demuestra que la exposición a la bacteria es reciente. No se descarta que en los próximos días aparezcan más casos ya que se desconoce cuándo apareció el brote y si el foco de propagación de la bacteria está activo.

Las actuaciones se centran ahora en lo que los responsables sanitarios denominan encuesta epidemiológica, que realizan conjuntamente técnicos del Instituto Municipal de Salud y de la Dirección General de Salud Pública de la Generalitat. El objetivo inmediato es localizar el foco de la infección para poder actuar y evitar nuevos contagios. Joan Guix, gerente del IMSP, aseguró ayer: "Estamos en la fase inicial del proceso. En ocasiones resulta muy díficil localizar el foco".

El brote de legionelosis se produce por exposición a una bacteria que tiene un periodo de incubación de entre cinco y seis días, aunque en algunos casos puede llegar a nueve. El germen patógeno no se transmite por vía digestiva o alimentaria, sino aérea, y entra en el organismo a través del sistema respiratorio. La bacteria suele localizarse en los sistemas antiguos de almacenamiento de agua y en lugares con ventilación deficiente, de modo que se acumulan bacterias en el aire que luego respiran las personas.

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Técnicos sanitarios toman muestras en la Barceloneta en busca del brote de legionelosis

En ciudadanos con un buen estado de salud, habitualmente la bacteria apenas tiene efectos, pero a aquellos que padecen enfermedades crónicas graves o presentan deficiencias del sistema inmunológico la infección puede afectarles gravemente, e incluso llegar a comprometer su vida. Si se detecta a tiempo, el enfermo suele responder al tratamiento médico. El antibiótico más eficaz para combatir la Legionella es la eritromicina.Guix explicó ayer que no es descartable que en los próximos días empeore alguna de las dos personas que se encuentran en estado más grave ya que, por el momento, la respuesta al tratamiento con antibióticos no es satisfactoria en su caso. El resto de los pacientes, en cambio, evolucionan favorablemente.

El hospital del Mar emitió ayer un breve comunicado en el que explica que cinco de los afectados presentaban "sintomatología respiratoria severa" y estaban "pendientes de evolución clínica".

Análisis del agua

La actuación de las autoridades sanitarias se centra en dos objetivos: tratar de curar a los afectados y determinar el origen del foco para poderlo aislar y evitar su propagación. Por ese motivo, ayer se empezó a recoger muestras de agua y a realizar inspecciones en los domicilios de los enfermos y en los lugares comunes que pudieran haber visitado; por ejemplo, algún hogar de ancianos.

Especialistas en salud pública municipales indagaban sobre los movimientos de los afectados durante las últimas semanas para determinar si existe algún punto en común. Puede ser cualquiera. Un brote reciente ocurrido en Holanda, que afectó a más de cien personas, tuvo su origen en una fuente ornamental de un jardín público.

Se ha establecido un sistema de vigilancia en el entorno de los infectados, con el fin de conocer la existencia de posibles nuevos casos lo más pronto posible. Un ligera tos puede ser el primer síntoma de haber contraído la infección.

A pesar de que, según las autoridades sanitarias, el brote está localizado en este caso en una zona muy concreta del barrio de la Barceloneta y puede afectar a un número reducida de personas, el sistema de vigilancia es más amplio en previsión de que pueda tener consecuencias en personas de otros barrios de la ciudad.

Técnicos municipales advirtieron ayer de que en algunos episodios de legionelosis no llega a determinarse el origen de la infección. Así ocurrió, por ejemplo, hace seis años con un brote notificado por el hospital Clínico de Barcelona. Los pacientes residían en el entorno del propio hospital, pero no llegó a determinarse el foco emisor.

El último precedente fue en un barco

El precedente más inmediato de propagación de la bacteria de la legionella en Barcelona se remonta al mes de enero de 1999, cuando dos obreros murieron después de estar reparando un barco en el puerto. Los operarios resultaron infectados al manipular la bomba de agua del carguero y fallecieron al cabo de pocos días.El Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria investigó el origen del brote y ordenó al capitán del barco infectado que tratara el agua con cloro y que la calentara a más de 80 grados para eliminar la bacteria. Además, retuvo el buque varios días en el puerto de Barcelona. En 1994 se produjo otra infección en el Eixample de Barcelona y varias personas tuvieron que ingresar en el hospital Clínico. Nunca se llegó a conocer el origen exacto de la infección.

Tarragona se ha visto afectada más recientemente por la legionella. El lunes de la semana pasada un hombre de 41 años falleció en el hospital de Sant Pau y Santa Tecla a causa de esta bacteria. La víctima, un vecino de Calafell, cayó enferma una semana antes de morir y permaneció cuatro días ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos. Las investigaciones no han permitido determinar de dónde procedía la bacteria, puesto que ninguna persona del entorno del fallecido ha desarrollado la infección. La empresa donde trabajaba la víctima negó que los hechos pudieran tener el origen en sus instalaciones, puesto que no dispone de sistema de refrigeración, una de las vías de contagio más frecuente.

Pero el brote más violento detectado hasta ahora en España es el de Vigo, donde ya han muerto tres personas y otras 26 han tenido que ser hospitalizadas. Las autoridades sanitarias gallegas tampoco han conseguido dar con el foco de propagación de la bacteria, aunque creen que se encuentra en alguna de las torres de refrigeración del centro de la ciudad.

En Alcoy (Alicante) otro brote de legionella ha provocado la muerte de dos personas y otras 117 han sido hospitalizadas. El primer caso se localizó hace 14 meses y aún no se ha conseguido encontrar el foco de la infección bacteriana. A pesar de ello, el Ayuntamiento y la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana han ordenado el cierre de 19 torres de refrigeración. También en Zaragoza ha habido víctimas mortales como consecuencia de la legionella. Dos pacientes del hospital Clínico de Zaragoza murieron en marzo de 1999 como consecuencia de esta bacteria. También el año pasado un hospital de Pamplona y un balneario de San Sebastián tuvieron que desinfectar sus instalaciones al hallar la presencia de la bacteria.

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