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Una máquina científica de 27 kilómetros

El acelerador LEP está en un túnel de 27 kilómetros de circunferencia excavado a cien metros de profundidad entre Francia y Suiza, cerca de Ginebra. Es el mayor acelerador de partículas del mundo y con él los físicos han logrado avances espectaculares en el conocimiento del microcosmos.Por el tubo del acelerador, guiados por potentes imanes y a velocidades próximas a la de la luz, circulan paquetes de electrones y de positrones en sentido contrario para chocar en cuatro puntos del gran anillo donde hay cuatro detectores: Aleph, L-3, Delphi y Opal.

El LEP se abrió en 1989 y en sus 11 años de funcionamiento se han detectado millones de partículas Z y centenares de W, ambas portadoras de la fuerza débil que rige las desintegraciones radiactivas de los átomos. Con esta información se ha explorado con altísima precisión el Modelo Estándar que describe todas las partículas y sus interacciones.

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Cada detector es una gigantesca obra de ingeniería de alta precisión. Por ejemplo, L-3 pesa 8.500 toneladas y mide 15,8 metros de alto por 16 de largo. Los físicos analizan los choques de electrones contra positrones -y las partículas generadas- y así estudian los componentes fundamentales del universo.

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