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LA OFENSIVA TERRORISTA

ETA intensifica la campaña de extorsión contra los empresarios vascos y sus familiares

La campaña de extorsión de ETA ha llamado de nuevo a las puertas de los empresarios vascos. La patronal vasca, Confebask, confirmó ayer que los terroristas han "intensificado" el envío de misivas exigiendo el denominado impuesto revolucionario en las que reclaman cantidades de dinero no superiores a los 20 millones de pesetas. En esta ocasión, los terroristas han incluido en su particular nómina del chantaje a profesionales y pequeños empresarios y, para extender el miedo, también a familiares. El Círculo de Empresarios Vascos subrayó que la violencia aleja de Euskadi las inversiones y a los buenos profesionales.

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La Confederación Empresarial Vasca (Confebask) prefirió ayer hablar de "intensificación" de la campaña de chantaje de la organización terrorista para llenar sus arcas, en vez de referirse a una nueva oleada de cartas. De hecho, en el último mes se han detectado otras dos remesas similares en los tres territorios vascos, según información aportada por las organizaciones empresariales de la comunidad autónoma."Los empresarios vascos siguen recibiendo cartas de extorsión y, además, de manera más intensa, puesto que ha aumentado el número de cartas, así como el de destinatarios", según reconoció ayer en un comunicado la patronal Confebask.

"Resistir al chantaje"

El coche bomba colocado por los terroristas en la madrugada del 26 de junio en pleno corazón del barrio de Neguri (Getxo, Vizcaya), y sobre todo el asesinato del presidente de la patronal guipuzcoana, José María Korta, el 8 de agosto pasado, han servido de telón de fondo del amedrentamiento al que ETA viene sometiendo en los últimos meses a los empresarios y profesionales vascos. El hecho de que Korta, un empresario nacionalista comprometido y cercano a las tesis del diálogo político para la solución de la violencia, fuese asesinado por los terroristas prueba que para ETA toda la clase empresarial sigue siendo objetivo preferente.Tanto los responsables de la violencia callejera como los comandos etarras han puesto de nuevo en la diana a empresarios ligados políticamente con el nacionalismo moderado. El propio hermano de Korta, Narciso, propietario de una sala de fiestas en el Alto de Itziar, en la localidad guipuzcoana de Zumaia, vio cómo su negocio saltaba recientemente por los aires al hacer explosión la dinamita colocada por los terroristas. Otra empresa de un militante peneuvista en Legutiano (Álava), Mecanizados Alberdi, fue objeto de un atentado con 8 kilos de dinamita el 30 de septiembre. El pasado 21, el negocio de un miembro de Eusko Alkartasuna (EA) en Mondragón (Guipúzcoa) fue objeto de un atentado fallido. El comando había colocado varios kilos de dinamita que no llegaron a estallar al ser hallados por el empresario. Posteriormente la Ertzaintza neutralizó la carga explosiva.

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En las misivas de ETA detectadas ahora, también dirigidas a hosteleros y pequeños empresarios, los terroristas varían la cantidad de dinero exigida, aunque no piden más de 20 millones de pesetas. Pese a que oficialmente las organizaciones empresariales aseguran que son una minoría los que acaban cediendo al chantaje -"la práctica generalizada es la de no ceder ante estas misivas", reiteraba ayer Confebask en un intento de limitar los efectos intimidatorios-, el recrudecimiento de los atentados contra este sector amenazado ha terminado por extender el miedo. Otras de las novedades de estas cartas es que ETA no sólo chantajea directamente a los empresarios, sino que también persigue con sus misivas a sus familiares, según reconocieron fuentes empresariales. Ya con el secuestro de Cosme Delclaux, liberado el 1 de julio de 1997, ETA trasladó la extorsión a una de las familias emblemáticas de Neguri, más que al secuestrado en sí.

Confebask mostró su apoyo "a quienes son víctimas de este tipo de barbaries", al tiempo que les pidió que "resistan al chantaje" y sigan adelante con el compromiso adquirido hacia la sociedad vasca, "tal como se ha venido realizando hasta ahora con gran esfuerzo para la gran mayoría del tejido empresarial vasco".El presidente del Círculo de Empresarios Vascos (CEV), foro que agrupa a los responsables de las principales empresas vascas, Alfonso Basagoiti, aseguró ayer en los micrófonos de Radio Euskadi que la violencia está retrayendo la inversión. "Se está dando un significado recorte, aunque los efectos se verán a medio plazo", manifestó, al tiempo que reconocía que la "situación que se vive en el País Vasco es muy grave, con difícil salida, y lógicamente eso retrae muchísimo la inversión". A su juicio, hay factores que agravan este momento: "Una fuga de conocimiento importante, una fuga de los grandes profesionales, de centros de decisión, que están abandonando Euskadi".

Pequeños talleres profesionales y hosteleros reciben misivas

El secretario general del Sindicato Empresarial Alavés (SEA), José Zurita, confirmó ayer la generalización de cartas de extorsión y amenazas de ETA entre representantes del empresariado vasco. Zurita indicó que se han ampliado los destinos, "ya que las envían a profesionales y a pequeños empresarios, que en muchos casos son individuales". Zurita manifestó su condena del "mal llamado impuesto revolucionario" y ofreció apoyo y solidaridad a los empresarios así como a sus familias. El responsable de la patronal alavesa considera que es complicado valorar la incidencia que la reciente escalada de violencia tiene en la economía, aunque valora que esta situación constituye "un freno" para la aparición de las nuevas vocaciones empresariales. Zurita considera también que la nueva "oleada de exigencia" de ETA representa un "lastre y un sobrepeso importantísimo" para la economía vasca, algo que remarcaron ayer todas las organizaciones empresariales de la comunidad autónoma.

El hecho de que familiares de empresarios hayan recibido cartas fue objeto de análisis. El propio presidente del Círculo de Empresarios Vascos, Alfonso Basagoiti, dijo que "la banda terrorista tiene una estrategia clara de ensanchar lo máximo posible el número de personas involucradas en el problema que ellos están queriendo mantener". Basagoiti añadió ayer en los micrófonos de la radio pública vasca que, "como ETA sabe muy bien", los empresarios cuando llega una carta de ETA la tiran directamente a la papelera o la interiorizan, pero no comentan absolutamente nada". A juicio de Alfonso Basagoiti, lo que pretenden los terroristas al remitir ahora las misivas a sus próximos "es que lo conozcan sus familias, su mujer, sus hijos... Por eso, para aumentar mucho más el terror, envían esas cartas a los familiares".

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