Eco plantea el poder de la utopía en 'Baudelino', su próxima novela

Baudelino, la próxima novela del escritor y semiólogo italiano Umberto Eco, está ya prácticamente acabada, según afirmó ayer el escritor en Oviedo. Se trata de una narración "un poco histórica, un poco picaresca y un poco fantástica", en la que el autor de El nombre de la rosa plantea "el poder de la utopía" y "cómo la imaginación" puede llevar al hombre a vivir "miles de aventuras y descubrimientos".Eco terminó en agosto la redacción de su próxima novela. Es un relato de 500 páginas, que se desarrolla en el siglo XII y para cuya ambientación el autor se "ha divertido", según sus propias palabras, "inventando el lenguaje de la época porque no hay referencias escritas del modo de hablar de entonces". Según el avance que ayer hizo público Eco en la capital asturiana, Baudelino es "la historia de un niño mentiroso, pero que todo lo que inventa se convierte en realidad. Al final viaja al Oriente en busca de los monstruos que describen los bestiarios medievales".

El título elegido por Eco para su nueva obra literaria tiene explicaciones muy precisas. "Siempre me gustó el modelo, tan habitual en el mundo anglosajón, pero poco acostumbrado en Italia, de que el personaje dé titulo a la obra literaria, como ocurre en Madame Bobary o David Copperfield".

Que el personaje se llame Baudelino tampoco es causal, porque en esa elección subyace una referencia explícita a la facultad "profética" del protagonista y a su capacidad para hacer real cuanto se imagina. El relato está ambientado en tiempos de Federico Barbarroja y en un espacio muy concreto, Alejandría, cuyo patrono, san Baudelino, sólo obró, según la tradición, un milagro: el de la adivinación.

Internet

Ante los riesgos y posibilidades que entrañan las nuevas tecnologías, Eco no sucumbe ni a la prevención de los temerosos ni al entusiasmo de los adictos. "Las nuevas tecnologías son como el whisky. Tomarse uno o dos es hasta bueno, pero beberse una botella es perjudicial. El imbécil que se pasa todo el día en Internet es un enfermo. Las tecnologías hay que utilizarlas de forma instrumental y no de modo mágico".A juicio del semiótico italiano, "el resultado de la ausencia de información o del exceso de ella", que es lo que permite Internet, "puede ser el mismo". "El problema que se nos plantea es cómo seleccionar la información. Pero la abundancia es garantía de democracia y, por tanto, es preferible el exceso a la carencia. La única forma de control por parte de los gobiernos debe ser la persecución de los comportamientos delictivos, caso de la pedofilia, pero ni aun una página racista debe ser censurada porque esas ideas también tienen derecho a expresarse".