La represión de las protestas organizadas por Hamás deja otros diez muertos palestinos
El Día de la Ira convocado ayer por el movimiento fundamentalista palestino Hamás en todos los territorios autónomos de Cisjordania y Gaza, en protesta por los "mártires" de la nueva Intifada, se ha saldado con 10 muertos, entre ellos un niño de 12 años, y centenares de heridos. Así termina la tregua aparente que empezó a implantarse sobre el campo de batalla el jueves, tras el encuentro del presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, y el primer ministro de Israel, Ehud Barak, en París. La ira de los palestinos empapó también a otros países árabes.El importante despliegue de las fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén Este y las llamadas a la calma de los imames no pudieron evitar un nuevo estallido de cólera tras las plegarias en la Explanada de las Mezquitas, donde tuvo lugar el viernes de la semana pasada el primer baño de sangre de la nueva Intifada.
Los incidentes de ayer, que también se iniciaron en la Explanada al finalizar el rezo con una lluvia de piedras sobre el anexo Muro de las Lamentaciones, se prolongaron por las calles del casco antiguo de la Ciudad Santa y llegaron incluso al exterior en la Puerta de los Leones. Allí, al atardecer, manifestantes y policías se acosaron y enfrentaron con disparos, gases lacrimógenos y piedras. Los palestinos destrozaron e incendiaron una comisaría de policía, situada a la entrada de la ciudadela. La policía tomó por la tarde el control de la Explanada.
Incidentes similares se vivieron durante toda la jornada en otras localidades palestinas, especialmente en Nablús, Hebrón, Tulkarem, Ramala, Belén y sobre todo en Gaza, donde la dirección de Hamás, con el jeque Ahmed Yassin a la cabeza en su silla de ruedas, convocó una manifestación en la que participaron millares de personas. La marcha finalizó con enfrentamientos en las cercanías del asentamiento judío de Netzarim, donde murieron dos manifestantes.
La ira de los palestinos amenaza inundar el mundo árabe, donde se registraron ayer grandes movilizaciones. La protesta más importante tuvo como escenario el centro de la ciudad jordana de Ammán, y fue reprimida con gases lacrimógenos, para evitar de esta manera que la multitud asaltara la Embajada de Israel, la única junto con la de Egipto y Mauritania que los israelíes mantienen abierta en los países árabes.
"Os pedimos a todos los musulmanes que acudáis en ayuda de los palestinos y los rescatéis de los israelíes. Alá no os lo perdonará si no lo hacéis", voceó ayer el imam de la mezquita de Al Aqsa en El Cairo. Las organizaciones marroquíes de apoyo a los palestinos reclamaron ayer el cierre de la oficina de intereses comerciales con Israel y han convocado una manifestación para el próximo domingo.
Estados Unidos y otros países han recomendado a sus ciudadanos no viajar a la zona en conflicto.
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