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La pobreza tradicional de la ciencia española ha perjudicado al idioma

Clausuradas las jornadas alemanas de debate sobre 'El futuro habla español'

Tomàs Delclós

Nadie puede pretender que el español sea relevante en el círculo científico si no lo es la ciencia hispanomericana. Importa poco que el español tenga 400 millones de hablantes si muy pocos de ellos están en la vanguardia de la investigación. Los asistentes a las jornadas alemanas El futuro habla español tuvieron una prueba irrefutable de que las cosas están así con la ponencia del bioquímico colombiano Manuel Elkin Patarroyo, que pasó diapositivas en inglés, idioma que utiliza en los foros científicos.

El propio Patarroyo era consciente de lo chocante que resultaba que en unas jornadas sobre el español se proyectara material escrito en inglés, pero era una manera de no disfrazar las cosas. Si quiere ser atendido en foros científicos internacionales de envergadura ha de explicarse en inglés.La sesión dedicada a la ciencia se inició con la intervención del moderador, Ángel Martín Municio, de la Real Academia de Ciencias, que leyó 12 densos folios que transportaron al auditorio desde el periodo paleobabilónico hasta la creación del actual ministerio español de Ciencia y Tecnología.

Le siguió la historiadora de la Medicina Bertha Gutiérrez, que abordó, con brevedad y concisión, el problema de los neologismos que, según cuáles, son más dañinos para la ciencia que para la lengua que los importa. "Muchos neologismos se construyen con elementos grecolatinos y las lenguas de otras familias que los han incorporado no se han quebrado por ello". Los peligrosos, por el contrario, son los neologismos que compiten con términos ya existentes, porque no descubren nuevos conceptos. Pueden generar caos conceptual y eso es tan nocivo para la ciencia como para la lengua. La profesora Gutiérrez citó un escrito en el que se evaluaba la gravedad de una enfermedad como "de severidad severa". Gutiérrez propuso para estos casos una rigurosa normalización realizada por comités técnicos y no meramente honoríficos. Asimismo, apeló a la colaboración del sector privado dada la creciente importancia del mismo en el desarrollo científico.

El historiador y físico José Manuel Sánchez Ron lamentó la insatisfactoria relación que existe entre ciencia y sociedad y, al analizar los fenómenos de divulgación científica, apuntó la necesidad de que la ciencia encuentre un lugar en la literatura para empujar el urgente combate contra el analfabetismo científico de la ciudadanía. Ron volvió a insistir en ello cuando, en el debate, el académico Gregorio Salvador manifestó que no le preocupaba que las nomenclaturas científicas sean en inglés, porque el lenguaje científico es un apartado subidiomático, "un mundo aparte y lo importante es que los científicos se entiendan entre sí". Ron replicó que despreocuparse por el lenguaje científico porque es poco relevante para otros colectivos sociales es consagrar la división entre ciencia y sociedad.

Patarroyo denunció que los países hispanoamericanos están poco o nada insertados en la ciencia y que han de buscar nichos propicios para hacerlo con la ambición de desarrollar marcos conceptuales nuevos. Como ejemplo de este esfuerzo puso el trabajo de su equipo en el terreno de las vacunas sintéticas -la de la malaria es la más conocida- que quiere romper el marco de las vacunas biológicas con las ventajas que ello reportaría de abaratamiento, fácil administración y surgimiento de una industria alternativa a los grandes emporios.

El último ponente, Ignacio María Ozcáiz, consejero delegado de la empresa española Recol Networks, introdujo un nuevo factor que consolida la total preeminencia del inglés en el mundo tecnológico: el mercado. "Mi empresa se llama Networks porque si algún día quiere llamar a las puertas del Nasdaq, la bolsa tecnológica, o te entienden qué eres o vas mal".

Acentos regionales

Las jornadas, organizadas por el pabellón español de la Expo de Hannover, en la vecina Universidad de Göttingen, concluyeron con un debate sobre el español en los medios de comunicación, en el que hubo ponencias de un amplio espectro temático, desde los recursos de titulación expuestos por la directora española de Cosmopolitan, Sarah Glattstein, a la necesidad que tiene el canal internacional CNN español de combinar en el lenguaje que usan el respeto a los acentos regionales con la comprensión homogénea de sus mensajes en toda la zona hispanohablante, asunto que describió su presidente, Rolando Santos. El escritor brasileño Eric Nepomuceno hizo un relato literario de su encuentro personal con el español y terminó pidiendo que los españoles, además de enviar capitales a Brasil, también envíen a Boscán y García Lorca. Esta mesa redonda clausuró las jornadas que, junto a la constatación del poderío y riqueza del español, se acercó, huyendo de la complacencia, a los flancos donde el idioma vive con más problemas. El recital de José Luis Gómez sobre textos de Azaña fue una manera espléndida de despedirlas.

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