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48º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

Álex de la Iglesia y Carmen Maura arrancan ovaciones con las miserias de 'La comunidad'

La quinta película del cineasta vasco inaugura en el Kursaal la sección oficial del festival

Elsa Fernández-Santos

Álex de la Iglesia aterrizó en San Sebastián cojo. "El personaje gana peligrosamente terreno, me he caído, con todo el peso encima, al salir de una entrevista con Hilario Pino", señalaba el cineasta al llegar, desde Madrid, al aeropuerto de Hondarribia. Horas después, ya en la sala de prensa del Kursaal y con el pie vendado ("finalmente es un esguince"), este bilbaíno de 34 años añadía: "El verdadero humor se tiene cuando uno no tiene de qué reírse. Ser simpático sin más no tiene ninguna gracia".La comunidad, quinta película del director de El día de la bestia, inauguraba anoche el Festival de San Sebastián. Una larga ovación cerró la proyección de la mañana. La risa y los gritos se mezclaron en una proyección (a la que asisten la prensa, los críticos y el jurado) que fue interrumpida durante ocho minutos por un fallo en los amplificadores del Kursaal. "Ha sido una faena y una pena", afirmó ante los periodistas el director. "Bueno, son los defectos especiales".

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"Un director de cine de hoy se parece terriblemente a un pobre barman", dice con aire resignado Álex de la Iglesia. "Lo mejor, tristemente, ya ha ocurrido. Los directores de hoy somos supervivientes. Cuando sabemos que Con la muerte en los talones o La semilla del diablo ya existen, sólo nos queda conformarnos con plagiar, con copiar. Sí, por favor, no me hablen de homenajes, háblenme de copias y de plagios". "Somos", continúa, "cocteleros que con mayor o menor inteligencia preparamos una nueva y refrescante bebida. Pero el ron y la ginebra ya existen. Dreyer y Hawks, y los que han decidido qué es el cine, ya han muerto. Nosotros somos los que continuamos detrás de la barra preparando las bebidas cuando la fiesta ya ha terminado. Pero, por Dios, que nadie me malentienda, todo esto siempre con mucho cariño y mucha alegría".

La comunidad es una historia de terror vecinal. "Hace poco, un individuo mató al vecino de arriba porque tenía la música muy alta. También hace poco, como ocurre en la película, descubrieron a un anciano que llevaba cinco años muerto. El cadáver estaba frente al televisor, que había estado los cinco años encendido. Eso significa algo; no sé exactamente qué, pero significa algo. Todos nos rozamos cada día con nuestros vecinos y todos jugamos a imaginarnos sus pequeños mundos. Todas las comunidades tienen a un anciano pudriéndose en algún piso. Eso me horroriza, pero también me fascina. Todos los días nos cruzamos con un vecino en el ascensor. Nos mira por encima del hombro, como diciéndonos 'y tú de qué vas'. Los cuerpos se rozan, pero no se conocen. Se odian. Quedan dos pisos para llegar a tu casa y piensas que ese hombre te quiere matar. Llega al quinto y por fin te habla. 'Me gustó mucho su película', te dice. Respiras. Hoy he sobrevivido. Esta idea tan horrible y cotidiana es la que inspiró La comunidad".

Mientras Álex de la Iglesia habla, Carmen Maura, diminuta a su lado, le escucha con un gesto que va más allá de la admiración. "Mi encuentro con Álex ha sido muy importante. Hay directores que te hacen sentir muchas cosas, y Álex, como Pedro [Almodóvar], es uno de ellos. Álex y Pedro no se parecen en nada, pero los dos saben sacarme el jugo. Seguir a Álex y a su guión estupendamente escrito es lo mejor que podía pasarme".

"Esta película la escribimos Jorge [Guerricaechevarría, guionista "y amigo de la infancia"] sólo para ella", señala Álex de la Iglesia. "Sin ella no hubiera podido hacerla porque no conozco otra actriz que logre esa mezcla imposible de humor y tragedia. Con ella sufres y te ríes a la vez".

La guerra de las galaxias, La isla del tesoro y Hitchcock se cruzan en las imágenes de La comunidad. "Yo no tengo temas, tengo lugares. Hitchcock no es un director, es un lugar. Como La guerra de las galaxias no es una película, es otro lugar en el que me gusta estar". En La comunidad, Eduardo Antuña es Charlie, el vecino que vive obsesionado con Dark Vader y "la fuerza". Emilio Gutiérrez Caba es el administrador, "uno de esos tipos educados que nos matarían a todos". Incluso Terele Pávez (una de las temibles vecinas) vuela por los tejados de Madrid como Keanu Reaves en The Matrix. "¡Pero, cuidado¡", exclama el director, "el plano de Matrix no es ni una copia ni un plagio; es, directamente, una burla. Terele es el personaje de Matrix, pero con bata. Porque la realidad es una bata de guatiné y unas pobres zapatillas".

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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